Vitoria. Desde el pasado mes de julio, los vecinos de la central nuclear de Santa María de Garoña miran de reojo los titulares de los medios de comunicación. En ellos esperan ver la confirmación de una noticia que se da por hecha: la planta atómica podrá operar hasta 2019. En principio, ésa parecía la intención una vez que el pasado mes de julio, el Gobierno central del Partido Popular (PP) abriera la posibilidad para que la empresa que explota el recinto burgalés -Nuclenor, participada a partes iguales por los gigantes eléctricos Iberdrola y Endesa- solicitara la prórroga del periodo de actividad durante seis años a partir de 2013. Ese plazo concluía mañana y, tal y como han confirmado fuentes del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), órgano que se encarga de gestionar la seguridad de los equipamientos que funcionan con energía nuclear o que la producen en el conjunto del Estado, aún no hay constancia de la recepción de la citada petición. Al mismo tiempo, el responsable de Relaciones Externas de la citada empresa, Antonio Cornadó, evitó confirmar a este diario los pasos a dar por la misma. "Sólo se comunicarán hechos relevantes. Y aún no se han producido". Eso sí, lo más probable es que se produzcan a lo largo de las próximas horas.

Pese a que la seguridad de la central nuclear ha estado en entredicho tras los problemas surgidos en varios reactores belgas -cerrados provisionalmente- con vasijas producidas por el mismo fabricante que el que firma la de la central del Valle de Tobalina, lo cierto es que la instalación atómica castellana sigue a pleno rendimiento, por lo que no se esperan sorpresas sobre su continuidad. Es más, a lo largo de la crisis de las instalaciones belgas, desde Nuclenor se rechazó que los problemas en los reactores de Bélgica pudieran tener reflejo en Garoña.

Sea como fuere, lo cierto es que a lo largo en julio, el Gabinete Rajoy formalizó la intención popular de facilitar la prórroga de la instalación nuclear. A través del Boletín Oficial del Estado (BOE) se revocaba parcialmente la anterior orden -redactada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero- que databa para el 6 de julio de 2013 el cese definitivo de la explotación del recinto.

Desde ese momento, la continuidad de la central depende de la postura que quiera adoptar la empresa concesionaria. En principio, el Gabinete liderado por Rajoy lo tiene claro y sólo ve ventajas o las ve fundamentalmente para diseñar la prórroga de actividad de la central nuclear más vieja del Estado y conocida en ámbitos ambientalistas como la de las mil grietas, por los problemas que ha generado a lo largo del tiempo.

Dadas las circunstancias, Bildu ha presentado una interpelación al diputado general de Álava, Javier de Andrés, para conocer su opinión tras las últimas dudas que han surgido en torno a la seguridad de la obsoleta central nuclear de Santa María de Garoña. "Hace ya varias semanas que se encendieron todas las alarmas cuando Bélgica se mostró favorable al cierre en todo el mundo de aquellos reactores nucleares que contengan vasijas construidas por la misma firma holandesa que fabricó la de Garoña y todavía no hemos oído al señor De Andrés nada al respecto", subrayó el portavoz de la coalición abertzale en las Juntas Generales, Gorka Ortiz de Guinea. Desde la formación se insistió en que la seguridad de la central nuclear ha sido siempre motivo de preocupación para la sociedad alavesa. En ese sentido, Bildu recordó que, en infinidad de ocasiones, se ha hablado de las grietas detectadas en la vasija del reactor y que, por tanto, el hecho de que en una vasija construida por el mismo fabricante en Bélgica se hayan descubierto hasta 8.000 fisuras de dos centímetros, debería haber provocado la reacción inmediata del diputado general.