CON la llegada del buen tiempo y el inicio de la temporada de baño, numerosos alaveses se han lanzado literalmente a las piscinas del territorio para aliviar el intenso calor, hacer un poco de deporte o simplemente pasar un rato agradable con sus allegados. Sin embargo, el agua tiene bastantes más virtudes que las estrictamente relacionadas con el ocio o el ejercicio, ésas de las que disfrutan la mayoría.

La hidroterapia, esa aplicación externa del líquido elemento con fines terapéuticos, es una herramienta eficaz de las que se disponen para mejorar la salud de los pacientes que sufren patologías crónicas o de los que se enfrentan a largos procesos de rehabilitación. "El agua se utiliza para todo tipo de lesiones y pacientes, deportistas de elite, jóvenes, mayores... Ni siquiera hace falta saber nadar para beneficiarse de ella. Es una disciplina básica y esencial para lograr una rehabilitación óptima", avanza la responsable del equipo de Fisioterapia de USP Araba Sport Clinic, Itxaso Sánchez.

La especialista conoce muy bien los efectos positivos que el agua aporta a la salud y por sus manos pasan diariamente una veintena de pacientes con los que emplea la piscina, con tratamientos personalizados en función de la dolencia. "El cuerpo está hecho para moverse y el ejercicio es una de las herramientas básicas, por ejemplo, para luchar contra la artrosis. Es fácil de entender por qué hay tantos casos entre mujeres mayores, porque no se mueven", ejemplifica. Las artrosis, las lumbalgias o los problemas crónicos de espalda son sólo tres ejemplos de dolencias clásicas que azotan a muchas personas y que el agua ayuda a mejorar. Una de las ventajas es que las propiedades físicas del agua facilitan el movimiento, lo que ayuda a mejorar el ánimo y la confianza a pacientes que experimentan dolor o inmovilidad.

ventajas La inmersión en el agua permite ejercitar todo el organismo, concentrarse en regiones más amplias en menos tiempo o centrarse en un gran número de músculos y articulaciones diferentes: hombros, rodillas, tobillos o caderas, por citar algunos de los más habituales. La posibilidad de variar mínimamente la posición de partida supone una gran ventaja para aquellos pacientes a los que cambiar de postura les resulta doloroso o difícil en seco. Al margen de la rehabilitación, la hidroterapia también sirve para tratar a pacientes que han sufrido lesiones graves, como una fractura de ligamentos, y todavía no han pasado por el quirófano. Cuando lo hagan, "salen en muchas mejores condiciones".

Esteban San Juan, que fue operado hace siete meses del hombro tras sufrir un accidente de tráfico, conoce en primera persona desde hace cinco los beneficios de la hidroterapia gracias a las expertas manos de Sánchez. A raíz de esta intervención se le detectó posteriormente una capsulitis que prácticamente le inmovilizó la articulación, pero gracias a las sesiones de piscina ya ha comenzado a ver la luz. "Poco a poco he ido ganando mucha movilidad. Antes tenía el hombro totalmente rígido", explica tras someterse a una sesión de hidroterapia en las instalaciones del la ciudad deportiva del Baskonia (BAKH), donde acuden los pacientes de USP.

Son muchos los efectos positivos que el agua tiene sobre la salud de los pacientes, empezado por el alivio del dolor. Un efecto analgésico que se debe a dos factores, que la temperatura del agua desensibiliza las terminaciones nerviosas y que la flotabilidad reduce la magnitud del peso transmitido a las articulaciones. Se trata de un efecto transitorio, eso sí, pero que los especialistas aprovechan para animar a los pacientes a aumentar suavemente su movilidad y fuerza mientras están dentro del agua.

Tampoco hay que olvidar la relajación que se deriva del contacto con el agua, efectos psicológicos que también ayudan a mejorar el estado de ánimo, la ansiedad e incluso la depresión. Asimismo, la hidroterapia ayuda a aumentar el arco de movimiento, gracias a que la inmersión ayuda a reducir el espasmo muscular, a fortalecer y reeducar los músculos, a aumentar la circulación y a mejorar el equilibrio y la coordinación.

Aunque es importante que los ejercicios vayan dirigidos por un especialista en caso de que la lesión a tratar sea grave, Sánchez anima a todas las personas que padezcan dolores crónicos a aprovechar las virtudes de la hidroterapia con ejercicios muy sencillos, como nadar o caminar dentro del agua. "Es un tratamiento integral, para todas las articulaciones", avala Sánchez. Y aunque no sea estrictamente necesario recurrir a la hidroterapia para sanar estas y otras muchas lesiones, la especialista recuerda que los tratamientos en el agua "sirven para acortar los plazos de recuperación".