Vitoria. Según los expertos un 16% del alumnado presenta altas capacidades para el aprendizaje, es decir, posee un cociente intelectual superior a 120. Son lo que comúnmente se conocen como superdotados, pero no sólo ellos integran este colectivo. También los hay quienes tienen una mayor motivación que el resto de sus compañeros para el aprendizaje, los que son más creativos o los que destacan por su pensamiento divergente.
Paradójicamente, no siempre son los que mejores notas sacan en clase. Sin ir más lejos, se estima que la mitad del alumnado de estas características no logra aprobar la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) por falta de estímulos educativos. Precisamente para evitar el fracaso escolar y potenciar sus capacidades intelectuales, el colegio Carmelitas-Sagrado Corazón ha puesto en marcha un grupo, el primero en Vitoria, para atenderles. "El objetivo es conseguir alumnos excelentes", explica la directora, Nieves Maya.
El GAR (Grupo de Alto Rendimiento Intelectual) está abierto a todos los centros educativos de la capital alavesa, a niños y niñas de 7, 8 y 9 años. El proyecto echó a andar el pasado lunes con un grupo de 15 alumnos, que se reunirá una vez a la semana en horario extraescolar. Durante la sesión, un especialista les propondrá actividades para ejercitar sus habilidades intelectuales y sociales.
La experiencia no es nueva en Euskadi. Cuenta ya con una decena de grupos repartidos en Bizkaia, en concreto, en Bilbao, Erandio, Getxo y Sestao. También tiene presencia en la localidad alavesa de Legutio e incluso en Cantabria, en Castro concretamente. Un total de 115 estudiantes han probado este método patentado por una empresa privada, Interac, con quien el colegio Carmelitas-Sagrado Corazón se ha puesto en contacto para traer el proyecto a Vitoria. Cuenta con un equipo multidisciplinar que proviene profesionalmente de distintos ámbitos -licenciaturas científicas, técnicas y de humanidades-, todos ellos dispuestos a detectar posibles nuevos genios.
el primer día
Aprendiendo los números romanos
Mikel es uno de los alumnos que participa en este primer GAR de Vitoria. "Vengo a divertirme", asegura sin ningún tipo de rodeos. La primera lección, la de los números romanos, parece sabérsela. Así se lo hace saber levantando la mano a Elisa Álvarez, la especialista que trabajará con ellos a lo largo de este curso. Hugo, sin embargo, le toma la delantera. Debe escribir en la pizarra el número 99, y prácticamente no duda: "XCVIV". "¡Casi!", le señala Elisa, haciéndole ver el pequeño error cometido. "Esa última V debes sustituirla por una X", aclara. Sentado en el pupitre el pequeño Álvaro resopla. "Esto de los números romanos me lo voy a tener que apuntar", comenta en bajo, con un gesto de preocupación.
Diez minutos y cambio de tema. Así lo establece la metodología empleada por la especialista. Toca hablar de la tensión superficial del agua. "¿Alguien sabe qué ocurre si echas un objeto a un vaso lleno"?, pregunta Elisa. "Depende de la densidad del objeto", dice Iñigo. "Y del agua, porque si echas sal el objeto flota, como en el mar muerto, que es tan salado que no pueden vivir peces", añade Hugo. "Eso es bueno porque así no te pueden morder el flotador", bromea Iñigo.
El tema no es baladí. Los responsables de este programa educativo han decidido apostar fuerte y les han propuesto un reto para el próximo día 26. El Parque Tecnológico de Álava acogerá el encuentro anual de los GAR, en el que los alumnos aventajados de Vitoria deberán demostrar que lo son. Para ello tendrán que exponer un trabajo sobre líquidos. "Tenemos que ponernos las pilas, nos quedan sólo dos sesiones más", les urgía el lunes la especialista. Ese día, los propios padres tendrán la oportunidad de comprobar lo lejos que son capaces de llegar sus hijos, algo que por otra parte ya intuían. "Aprendió a leer solo con cuatro años, poco después ya escribía el abecedario entero", explica Natalia Díez, madre de uno de los participantes, que ahora muestra un interés especial por la Geografía. Lo mismo sucede con el hijo de Lourdes, un niño en el que sus profesores siempre han visto algo especial. "Es muy movido, tiene ganas de aprender, se le ve con inquietudes", asegura.
Precisamente potenciar ese interés por aprender es lo que pretende el Grupo de Alto Rendimiento Intelectual creado en la capital alavesa. Eso sí, aclaran que la genialidad no se puede conseguir sin esfuerzo. "Esos superdotados tipo Einstein aparecen a los 16 años, después de recibir una preparación; sólo hay una cosa que funciona con certeza, y es el trabajo", explica Álvarez.
Según insisten desde Interac, la sociedad debería comprender que no es ningún privilegio nacer con capacidad intelectual, pero sí puede ser un inconveniente nacer así y pertenecer a un entorno que no pueda o no sepa desarrollar las posibilidades que se manifiestan. En este sentido, recuerdan la conclusión a la que han llegado algunos pedagogos tras años de estudio. Es el caso de Robert M. Gagné, que aseguraba que alrededor del 65% de los alumnos están infraeducados.
La escuela, por lo tanto, no siempre responde a determinados perfiles de alumnado. En el colegio Carmelitas-Sagrado Corazón, sin embargo, quieren acabar con el mito de que los superdotados y los estudiantes con altas capacidades se aburren en clase, por lo que trabajan dentro del aula con ellos y aprovechan sus capacidades para enriquecer al resto de sus compañeros. "Es importante no aislarles del resto, para que además de que trabajen la inteligencia y el talento trabajen también toda la parte emocional, que a veces se nos olvida", explica la directora del centro educativo concertado.
En este punto coincide con la responsable del GAR, que precisamente con el objetivo de no segregar al alumnado recurre al tiempo extraescolar para reunirse una vez a la semana con los alumnos vitorianos. Según explica Álvarez, los resultados obtenidos de otras experiencias son evidentes. "Tienen un mayor rendimiento académico y están más motivados", asegura. Sin embargo, no esconde cierta frustración ante un fenómeno que ha venido observando durante todos estos años. "Las chicas han terminando abandonando todos los GAR". Quién sabe si el de Vitoria será el primer grupo que marque distancias al respecto.