vitoria. El proyecto legislativo elaborado por el Gobierno Vasco para regular los edificios e inmuebles llamados a convertirse en lugares de culto en la CAV va camino de generar tanta polémica como el hecho que trata de legislar. Además de partir con el más que probable rechazo del PP en el Parlamento Vasco, Cámara a la que llegará la iniciativa legislativa en breve, ésta ya ha provocado que el nivel dialéctico de los que se oponen a ella haya caído de nivel en la misma proporción que han repuntado nuevamente los eslóganes de rechazo hacia los colectivos de fieles extranjeros, sobre todo, hacia los musulmanes. Cabe recordar que en distintas ciudades de la geografía vasca han aparecido políticos, como el alcalde de la capital alavesa, el popular Javier Maroto, que han hecho bandera del rechazo al diferente y a la instalación de mezquitas en barrios como Zaramaga.
Sin embargo, la actitud del primer edil gasteiztarra no ha sido única. De hecho, en Bilbao también se han levantado voces de protesta ante los proyectos de mezquitas surgidos en los últimos tiempos. Sea como fuere, el debate aún está por llegar ya que la iniciativa y el anteproyecto aún no han iniciado su periplo parlamentario. A través de él, el Gobierno Vasco quiere flexibilizar la apertura de locales de culto con el fin de que los ciudadanos puedan ejercer la libertad religiosa. Por ello, anunció esta misma semana una normativa por la que no será necesaria conseguir la autorización previa de los ayuntamientos para abrir un templo, siempre y cuando éste tenga un aforo inferior a 300 personas.
Éste es uno de los pilares fundamentales del anteproyecto de Ley sobre Centros de Culto que está ultimando el Ejecutivo vasco, un documento que surge de las conclusiones extraídas de distintas reuniones mantenidas con colectivos de diferentes confesiones religiosas residentes en Euskadi, así como con responsables institucionales. Cuando éste entre en vigor bastará con la "declaración responsable" de los ciudadanos que planteen la apertura, si bien no se librarán de las inspecciones pertinentes. La normativa afecta directamente a la creación de mezquitas, un asunto espinoso en Vitoria. Todavía está por ver qué es lo que sucederá con el templo que la comunidad paquistaní de la ciudad desea abrir en el barrio de Zaramaga, y que cuenta con el firme rechazo de algunos vecinos.