Hoy en día, el precio de la ignorancia de un país es directamente proporcional a la necesidad de gestos que un gobierno tiene que hacer de cara a la galería internacional para no ver su economía abocada al descalabro. La pregunta es ahora, ¿qué coste tendrá recuperar la sabiduría cuando en unos años se recojan los frutos de estos recortes en educación plasmados en niveles académicos por debajo de la media de otros países?
Estas reflexiones son sólo algunas de las que surgen estos días después de que el ministro de Educación, José Ignacio Wert, anunciara el pasado jueves a las autonomías reunidas en la Conferencia General de Política Universitaria los principales aspectos del decreto que aprobó el viernes el Consejo de Ministros en relación al ámbito universitario. Esta iniciativa incluye medidas como la obligación de que los alumnos que accedan a la universidad paguen de matrícula entre el 15 y el 25% del coste total del servicio.
Aunque en un principio el Gobierno Vasco aseguró que Educación no aplicará en la UPV la subida de tasas de hasta el 50% prevista por Madrid, el lehendakari matizó más tarde que aplicará los recortes obligatorios marcados por Rajoy, a la vez que recurrirá todas las medidas que invadan competencias autonómicas.
La respuesta en el ámbito universitario no se ha hecho esperar y, el mismo viernes, el rector de la UPV/EHU, Iñaki Goirizelaia, también manifestó su "inquietud" en relación a la previsible subida de los precios universitarios planteada por el Gobierno central. "Si la educación es cara, no deberíamos experimentar lo cara que puede ser la ignorancia", declaró a la espera de conocer de primera mano las medidas. "La educación es una inversión a largo plazo, absolutamente imprescindible para asegurar un futuro de cultura, convivencia y bienestar", recordó Goirizelaia.