Vitoria. A fecha de 15 de marzo, 48 mujeres víctimas de violencia de género contaban con escolta policial a cargo de la Ertzaintza, el último recurso para aquellas personas amenazadas por quien un día fue su pareja, según una respuesta parlamentaria del consejero de Interior, Rodolfo Ares, a una pregunta de la representante jeltzale Amaia Arregi. La desaparición de la amenaza de ETA ha llevado a la consejería a destinar buena parte de los efectivos dedicados a proteger a los amenazados por la organización terrorista a custodiar a las mujeres en peligro. Así, un total de 135 ertzainas que escoltaban a personas acosadas por la banda han pasado a trabajar con víctimas de la violencia de género.
El establecimiento de unas medidas de protección que afectan seriamente a la calidad de vida de estas mujeres generó en su día cierta controversia, pues hubo voces que reclamaban que las medidas de vigilancia se aplicaran a los agresores. Sin embargo, la propia directora de Emakunde, María Silvestre, señaló que esta salida sería "mucho más compleja".
La de la escolta no es la única medida que se aplica para evitar que las personas condenadas por agredir a sus parejas puedan acercarse a éstas. Entre ellas destaca la entrega de teléfonos móviles a las víctimas para que puedan enviar una llamada de emergencia inmediata a la Ertzaintza en caso de que se vean en peligro. Entre el 1 de enero y el 15 de marzo, la Policía vasca recibió una docena de llamadas desde alguno de los 194 dispositivos entregados. Además, los agentes avisan a estas mujeres sobre cualquier cambio que se pueda producir en la situación penitenciaria de su agresor.
El fenómeno de la visibilización de la violencia machista y la alarma social que genera ha llevado, por otra parte, al colectivo de escoltas privados que tras el cese de ETA ven su futuro profesional con incertidumbre, a ofrecerse a escoltar a estas mujeres amenazadas por parejas o exparejas.