Vitoria. Un somero vistazo a las armas incautadas dibuja un boceto bastante aproximado de la importancia de la operación contra la caza furtiva desarrollada por la Ertzaintza y por los Miñones. No en vano, el arsenal que manejaban los tres arrestados, residentes en Orduña y Gujuli, incluía rifles con dispositivos ópticos de precisión, escopetas con cartuchería de postas y fusiles de repetición. En total, seis armas de fuego con las que, previsiblemente, los posteriormente detenidos dieron muerte a ejemplares de corzos y jabalíes, de los que guardaban varias piezas junto a su arsenal. Pero la cosa no queda ahí, ya que los agentes también incautaron a los sospechosos varios gramos de una sustancia que bien pudiera ser marihuana.
Al parecer, los citados eran unos consumados expertos en cobrarse piezas de caza mayor y conocían muy bien el terreno donde cazaban habitualmente. Su modus operandi incluía habitualmente la nocturnidad y el acecho a determinadas especies a las que accedían en zonas muy poco pobladas, como los bosques de la zona de Valdegovía, y gracias a vehículos con tracción total. Según los datos aportados por fuentes del Departamento de Interior del Gobierno Vasco, la operación la desarrolló la comisaría de la Ertzaintza de Llodio, con el apoyo de la Sección de Miñones. Todo comenzó cuando se interceptó en la madrugada del pasado jueves a tres personas originarias de Orduña y Gujuli por practicar la caza furtiva en la zona del Valle de Valdegovía.
infracciones La operación se desarrolló en las inmediaciones de la localidad vizcaína. A las 2.00 horas, una patrulla de la Policía autonómica, dentro de las labores propias de seguridad ciudadana, interceptó un vehículo todo terreno que, ante la presencia de los agentes, intentó darse a la fuga. El automóvil viajaba sin luces en el entorno del barrio de Getxa. Al dar el alto a sus ocupantes, dos de estos abandonaron el vehículo y salieron huyendo. Los ertzainas, no obstante, consiguieron identificar al conductor del coche y encontraron evidencias que vinculaban a los huidos con el furtivismo. Posteriormente, los agentes localizaron en una borda próxima a la zona los cadáveres de dos corzos y un jabalí, con signos de haber sido abatidos recientemente. A lo largo de la noche, fueron localizadas las dos personas que habían huido, así como otro vehículo utilizado por los presuntos furtivos en el que guardaban un rifle, munición, unos prismáticos y un puñal. Además de varios cogollos y hojas, presumiblemente de marihuana. Otras cinco armas de caza fueron localizadas e intervenidas por los Miñones en un domicilio. Según las primeras investigaciones realizadas de forma conjunta por ambos cuerpos policiales, los tres furtivos actuaban en el Valle de Valdegovía y zonas limítrofes, incluyendo las reservas de caza que se ubican en ese entorno.
Sea como fuere, a estas tres personas se les han imputado varias sanciones graves y muy graves por vulnerar la Ley de Caza, así como las infracciones por incumplimiento del Reglamento de Armas y otras que pudieran derivarse de los hechos citados. La Diputación se hizo cargo de las piezas cobradas de manera ilegal para su distribución en centros benéficos del territorio histórico.