vitoria. Una copa para empezar. Luego, otra. Y otra y otra... Así comienza la noche de un sábado o un viernes para miles de jóvenes. Una intensa y sostenida ingesta de alcohol que, en algunos casos, se complementa con cocaína y un fármaco que ha devuelto la alegría a muchos hombres: la viagra.

Jóvenes totalmente sanos toman la pildorita azul durante sus salidas nocturnas en la creencia de que durante la relación sexual lograrán una mayor firmeza del miembro y prolongar sus erecciones. De esta manera entran en un círculo vicioso que puede convertir esta beneficiosa pastilla -bajo control médico- en una sustancia tóxica.

El urólogo Jon Madina alerta sobre esta perniciosa moda juvenil que, según su experiencia médica, puede dar más de un disgusto. "Algunos lo toman para tener más erección pero, en un joven, ¿va a aumentar el estímulo y el tiempo de erección? No es así. Muchas veces es un tema de confianza. Si, además, lo mezclas con todas las sustancias, es donde se puede tener algún problema", razona este facultativo, quien remarca que se trata de "un tratamiento muy efectivo, pero fuera de la indicación médica hay que tener cuidado".

En el mejor de los casos, Madina señala que la ingesta de la pastilla "puede aumentar la turgencia pero, si no lo necesitas, es más probable que tengas dolor de cabeza con una cara enrojecida como efecto secundario". "Resulta que has ido a mantener una relación sexual y acabas con migraña. ¿Para qué vale?", se cuestiona este doctor. Pero el uso de la viagra como producto recreativo puede desencadenar que la noche de diversión acabe en las urgencias de un hospital.

Madina describe que "pacientes jóvenes empiezan sus fiestas con alcohol, que es un vasodilatador -dilata las arterias y venas- y luego toman algo de coca, que es vasoconstrictora -estrecha los vasos sanguíneos-".

Todo esto les produce falta de erección y, para darle la vuelta a esta situación, toman viagra. "Es una chapuza. Hay mucho policonsumo. El producto potenciador sexual es la coca, que, a dosis bajas y durante un corto periodo de tiempo, sí produce una mayor sensibilidad y más erección", señala Madina.

Sin embargo, el efecto de esta droga es perverso. "Va a producir que necesites más, una dependencia. Como es un potente vasoconstrictor, al final, disminuye la erección. Es decir, el mayor potenciador es el que luego te termina fastidiando", alerta Madina. Y, llegada esa circunstancia, el joven "tiene que ayudarse con viagras" para tratar de remontar el vuelo.

Urgencias

Desmayos

Este cóctel químico que circula por el cuerpo de algunas personas termina por estallar. "Los fines de semana, las urgencias hospitalarias reciben a jóvenes que llegan con taquicardias o a los que se les ha encontrado desmayados. Luego, tiras de la madeja y descubres que se han metido todo tipo de sustancias. Y entre ellas viagra. Vemos a personas de unos 30 años con taquicardias un día sí y otro también. Se está abusando en fiestas pensando que eso va a ser la panacea", detalla el urólogo.

Según este médico, en "muchas discotecas" se consume una mezcla de viagra con éxtasis, denominada sextasis. "Es como un enganche que al consumidor le puede dar un beneficio muy corto pero, al final, el cuerpo le pasa la factura sí o sí", sostiene Madina .

Las consecuencias de estas explosivas mezclas se traducen en "accidentes cerebrovasculares", padecidos por personas que no superan los 40 años, "impensables décadas atrás entre menores de 60 años".

Este facultativo advierte de una mezcla altamente peligrosa experimentada en las noches de los fines de semana. "Hay mucha gente que usa inhaladores con una sustancia denominada nitrito de amilo -un narcótico también conocido como popper-, que es una de las contraindicaciones de la viagra. Se usa como una droga recreativa por su efecto euforizante y ser un estimulante sexual", pormenoriza este facultativo.

El nitrito de amilo es un vasodilatador que, combinado con viagra, multiplica este efecto. "Produce un bajón de tensión y hay gente que pierde el conocimiento, con el peligro de padecer accidentes cerebrovasculares. Es un tema serio", recalca Madina.

Estos preocupantes cuadros clínicos resultan complicados de controlar ante la venta libre de viagra a través de Internet. "No recomendamos para nada la compra en la Red. La toma exclusiva en un contexto normal no tiene ningún problema con controles y conocimiento de los antecedentes de la persona, pero sin receta es peligroso", manifiesta el doctor Madina.

control

Seguridad

En este sentido, el doctor recomienda pasar "un mínimo chequeo" antes de tomar este medicamento, con el conocimiento de los antecedentes médicos personales. "Todas estas medicaciones son muy seguras, pero necesitan un control", reitera el médico del centro sanitario situado en Miramón.

La efervescencia por adquirir sin prescripción médica estas pastillas en Internet no cesa. El producto más popular es la viagra, que se administra por vía oral unos 30 minutos antes de la relación sexual. Pero en los últimos años han surgido píldoras similares en el mercado que han disparado este comercio y han ampliado el número de compradores. Así, a la viagra, con un coste de 19 euros por caja de diez comprimidos de 50 miligramos, se le han unido el cialis (un precio de 23 euros por caja de diez pastillas de 20 miligramos) y la levitra (24 euros por caja de diez píldoras de 20 miligramos).

En este peligroso mundo de la estimulación sexual sin supervisión médica, cialis empieza a superar a la viagra en las rutas nocturnas del fin de semana. Probablemente, los temerarios consumidores de este fármaco aprecien su efecto más duradero, ya que puede alcanzar las 36 horas, frente a las doce horas como máximo que garantizan viagra y levitra. Desconocen, sin embargo, que se exponen a unas consecuencias graves para su salud.