vitoria. El Premio ENE (Euskararen Nazioarteko Eguna-Día Internacional del Euskera), que otorga Eusko Ikaskuntza, ha ido a parar a la Euskal Etxea de Madrid, la que más alumnos del idioma vasco tiene fuera de las fronteras de Euskal Herria. Además, la galardonada entidad realiza otras muchas actividades para el fomento y el mantenimiento de la cultura y lengua vascas. DNA charló con el presidente de dicha Euskal Etxea: Julio Elejalde.
Antes de nada, comentó usted en su discurso, tras recibir el premio, que merecían este galardón. ¿Por qué?
Bueno, fui algo irónico. Lo que quería decir es que nuestra Euskal Etxea lleva cuatro o cinco años seguidos optando al premio y, siendo el lugar donde más alumnos aprenden euskera fuera de Euskal Herria, además de las otras actividades en pro de la cultura vasca que realizamos? creo que lo merecíamos.
Han enseñado la lengua vasca a más de 5.000 alumnos en los últimos 30 años; estarán orgullosos de esos guarismos?
Sin duda. Enseñar euskera es nuestra actividad principal, la joya de la corona, pero no solo entre los adultos, sino también entre los más pequeños. Por ello, tenemos el euskaltegi txiki, como le llamamos nosotros, para los niños de 4 a 12 años.
Las primeras clases de la Euskal Etxea de Madrid datan de 1932.
Sí, y también hubo instituciones precursoras antes, pero son tiempos que no recuerdo? (risas)
Pero con la dictadura hubo un parón en la difusión de la cultura vasca?
No fueron tiempos muy propicios, desde luego. Digamos que las euskal etxeas no estaban bien vistas. Pero en los últimos tiempos del franquismo se creó la entidad predecesora de la actual Euskal Etxea, que se llamaba San Miguel de Aralar.
Y en 1979 se fundó la actual Euskal Etxea.
Así es. Y se instaló en la sede de hoy en día, que cuenta con tres aulas para enseñar euskera, que es lo que más nos gusta, y aquello para lo que destinamos más fondos.
Pero no es su única actividad. Por ejemplo, cuentan con un grupo de bailes vascos y celebran una particular Korrika, entre otras iniciativas culturales.
Tenemos un dantza taldea compuesto por una veintena de personas, que actúan en acontecimientos, como por ejemplo, en las madrileñas fiestas de San Isidro. También en actos propios de la Euskal Etxea, en el parque del Retiro, como estos últimos años, con grupos venidos de Euskadi y Navarra.
Y sobre la Korrika?
Cuando AEK festeja la oficial, nosotros celebramos la nuestra. En las dos últimas ediciones, nuestra Korrika amplió su recorrido, que en principio iba por las calles más céntricas de Madrid, como Alcalá o la plaza Cibeles, es decir, por los alrededores de nuestra sede. Para estas últimas, la Korrika visitó los otros dos lugares de la capital en los que se enseña euskera: la Escuela Oficial de Idiomas y la Universidad Complutense.
¿Qué otras actividades destacaría?
Por ejemplo, el coro, al que llamamos el Orfeón vasco de Madrid, que se ha revitalizado, y actualmente cuenta con 55 voces. Este coro ha actuado ya fuera de la capital, como en Bilbao, por ejemplo.
En estas fechas tan festivas, sus navidades habrán tenido cierto matiz euskaldun?
El Olentzero lleva tres años visitándonos antes de Nochebuena, como si fuera un entrenamiento. Trae regalitos para la veintena de chavales del euskaltegi txiki, y lo celebramos con bailes del dantza taldea, juegos, etcétera.
Cambiando de tercio, durante los años más duros del terrorismo de ETA, cuando la imagen de la sociedad vasca no era muy positiva en amplios sectores españoles, ¿cómo vivieron esa época en Madrid?
Digamos que para hacer demostraciones abiertas de vasquismo, Madrid no era el sitio más fácil, es más, posiblemente era el más difícil. Durante años, los vascos producían cierta aversión en muchos sectores, pero tampoco quiero exagerar. Debo decir que Madrid es una ciudad abierta, y muchos vascos hemos recalado aquí y hemos sido bien acogidos.
Ahora que la violencia de la banda terrorista ha llegado a su fin, ¿logrará la labor de la Euskal Etxea hacer que se le caiga 'la venda' a mucha gente?
Lo cierto es que, en octubre de 2010, celebramos la primera Semana Vasca en Madrid. Fue un fin de semana de macrofiesta en el Retiro, centro neurálgico de la ciudad, y el resultado fue muy positivo.
¿Qué tipo de actividades se dieron cita esos días?
De todo. Hubo grupos de dantza, txistularis venidos de Euskadi, harrijasotzailes, aizkolaris, y otras iniciativas sobre las costumbres vascas. Este año lo volvimos a repetir, pues nos gustaría que se convirtiera en una tradición, aunque esta vez solo duró un día, pues desgraciadamente contábamos con menos fondos.
Es decir, que la crisis también ha llamado a su puerta. Pregunta obligada: ¿cómo están capeando el temporal?
Pues intentando hacer una buena gestión, y aprovechando bien la subvención del Gobierno Vasco, la ayuda de nuestros socios? es decir, hacemos lo que podemos (risas).
¿De qué manera aprovecha la Euskal Etxea de Madrid las nuevas tecnologías?
Hace varios años renovamos la web, con la que hemos logrado llegar a más gente y captar más socios. Además, también nos sirve para comunicarnos con los que ya lo son. También estamos en Facebook, dado el tirón de las redes sociales.
Como nota curiosa, la Euskal Etxea de Madrid cuenta con algún alumno chino. ¿Algún otro caso peculiar?
También tenemos africanos, japoneses, y de otros lugares interesados en la cultura vasca, Una chica, hace poco, me dijo que quería aprender euskera porque su novio era vasco y quizá se iban a vivir a Gernika. Las motivaciones, en fin, son muy variadas.