Vitoria. Ya lo habían advertido, y esta vez las previsiones no fallaron. La lluvia no ha cesado durante todo el fin de semana provocando inundaciones que se hicieron más intensas ayer, especialmente en Gipuzkoa, donde el agua anegó incluso las calles de su capital, Donostia, y llegó a afectar al tráfico de la red principal de carreteras. En Bizkaia los problemas más importantes volvieron a darse en Getxo ante la subida del cauce del río Gobela, mientras que el metro tuvo que interrumpir el servicio entre Portugalete y Santurtzi.

Sin duda fue el territorio guipuzcoano el que ayer se llevó la peor parte del temporal que azota a Euskadi desde el pasado viernes. Tal fue la gravedad de la situación que a primera hora de la tarde el Gobierno Vasco decidió activar la fase II del Plan Especial de Riesgo de Inundaciones con el fin de paliar las consecuencias que pudieran derivarse de las fuertes lluvias registradas durante toda la jornada. Los datos recogidos en la presa Añarbe de San Sebastián daban cuenta de la magnitud del episodio vivido. En sólo 24 horas recogió el 86% de las precipitaciones de todo un mes de noviembre.

El desbordamiento de tres ríos y algún regato causaron inundaciones. Miles de guipuzcoanos se quedaron sin suministro eléctrico. La pleamar, que se produjo a las 13.45 horas, causó serios problemas en los cauces guipuzcoanos, como el del Urumea, cuyo desbordamiento anegó zonas del barrio donostiarra de Martutene, del municipio de Astigarraga y el barrio hernaniarra de Ergobia. Asimismo, el campo de fútbol de Hernani desapareció bajo el agua, al igual que muchas viviendas de la zona de Zinkoenea. Tanto en esta localidad como en Donostia algunos vecinos tuvieron que ser desalojados de sus casas.

También se desbordó el río Oria en el municipio de Lizartza y en Andoain, donde el agua llegó a las viviendas y pabellones industriales de la avenida Ama Kandida, una zona que ya ha sido castigada con inundaciones en ocasiones anteriores, según indicaron los bomberos de Gipuzkoa.

Otro río que se salió de su cauce fue el Oiartzun, lo que provocó el corte de la carretera N-636 a la altura del hotel Lintzirin en la localidad del mismo nombre. En el barrio de Jaizubia, entre Irun y Hondarribia, un arroyo también se desbordó e inundó numerosas huertas y el club de golf. Además, dejó una casa aislada. Los problemas en las carreteras no se limitaron a esta vía. Las inundaciones alcanzaron a la red principal, hasta el punto de que se tuvo que cortar el tráfico en la A-15, a la altura de Berastegi, y la N-I a la altura de Lasarte, en sentido Irun. Además, un desprendimiento obligó a interrumpir el tráfico en la N-634, entre Zarautz y Getaria.

Metro suspendido En Bizkaia lo peor llegó por la tarde, aunque desde primera hora ya se registraron incidencias, especialmente en la red de Metro Bilbao, que tuvo que interrumpir el servicio entre Portugalete y Santurtzi, ya que las estaciones estaban anegadas. Los vecinos de Getxo también vivieron momentos de tensa espera, ya que el río Gobela amenazaba con entrar en sus viviendas. Las previsiones para los próximos días son tranquilizadoras. Según avanzó ayer Euskalmet, la Agencia Vasca de Meteorología, poco a poco la situación tenderá a mejorar aunque todavía para hoy se esperan algunas lluvias, si bien éstas serán de menor intensidad.