BILBAO. Los suelos de los bosques vascos podrían absorber un mayor porcentaje de carbono y ayudar a contrarrestar el calentamiento global con un cambio en la gestión forestal, según un estudio del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia.

El suelo forestal es el principal acumulador de carbono y actúa de almacén de este gas. Se trata de un elemento clave en las cantidades que fluyen entre la atmósfera y la corteza terrestre, debido a que los árboles absorben más gas del que emiten.

El estudio de Neiker-Tecnalia, difundido hoy y que ha analizado más de mil muestras de terreno, concluye que los montes del País Vasco registran valores bajos de carbono, entre el 22 % y el 40 % de su potencial, y se sitúan lejos de su capacidad de captación.

Los bajos niveles de acumulación podrían deberse, según la investigación, a las antiguas políticas forestales y al abusivo aprovechamiento de leña, carbón, mantillo y arbustos.

Con la finalidad de mejorar la calidad del medioambiente, el informe propone "el uso racional de maquinaria forestal, adaptada a la orografía del terreno" con el fin de aumentar el índice de absorción de carbono de los bosques vascos.