washington. La NASA retrasó ayer la previsión de caída para el satélite que estaba previsto que impactara la pasada madrugada, según algunos expertos concretamente en el Pacífico, por un "cambio en su orientación o configuración" que ralentizaba su descenso. La NASA aseguraba que la posibilidad de que los restos del ingenio espacial cayeran sobre una persona era "extremadamente pequeño".

La actividad solar, el factor que adelantó el reingreso del satélite previsto en principio para finales de septiembre o principios de octubre, ya no era determinante en la velocidad de caída del satélite. Lo que ralentizaba su descenso es un cambio "en su orientación o configuración", según la NASA.

La agencia espacial no se aventuraba a predecir con certeza dónde y cuándo caería. Los científicos vaticinaban que se despedazaría al entrar en la atmósfera y que al menos 26 grandes piezas sobrevivirían a las altas temperaturas del reingreso y caerían sobre la Tierra.