Donostia/irun. La tan mentada crisis también repercutirá en los bolsillos de cerca de 20.000 alumnos de euskaltegis, quienes optan a las ayudas del Gobierno Vasco destinadas a compensar una parte de sus matrículas. Este diario dio a conocer ayer que la consejería de Cultura ha recortado este curso a casi la mitad las subvenciones asignadas a los estudiantes, lo que causará que las frágiles economías de muchos estudiantes se debiliten aún más. El tijeretazo supone que Lakua dedicará este curso un millón de euros a este ámbito, frente a los 1,85 millones del pasado ejercicio. La medida ha sido recibida con tristeza por los afectados y el profesorado de los centros docentes, así como por las personas del mundo euskaltzale. Con todo, esperan que el Gobierno Vasco rectifique.

El presidente de Euskaltzaindia, Andrés Urrutia, considera que la decisión tomada por el departamento dirigido por la consejera Blanca Urgell resulta "preocupante", si bien cree que la medida es "circunstancial" y desea que "sólo afecte al presente ejercicio". "Sabemos que es un momento económico malo, pero esperemos que esto se restrinja a este año y se arregle cuanto antes. Tenemos que pedir con claridad que sea una medida temporal", sostiene Urrutia. Un punto de vista similar mantiene Mertxe Mujika, coordinadora general de AEK. En su opinión, cualquier recorte que se aplique es poner trabas a la enseñanza de euskera y más ahora en plena época de matriculación. "Una noticia así no es buena", asevera Mujika.

La responsable de estos centros de alfabetización expone que no se resignan a que la rebaja de las ayudas se prolongue año tras año, por lo que pondrán "toda la carne en el asador" para que el próximo curso se recuperen las cuantías económicas perdidas en el presente. Mujika hace hincapié en que los centros de AEK quieren facilitar la euskaldunización de los alumnos, de manera que el precio de las matrículas no ha sufrido variación respecto al pasado año.

La rebaja de las ayudas del Gobierno Vasco también ha sido un jarro de agua fría para el alumnado que durante estos días se registra en las oficinas de las decenas de centros homologados por HABE distribuidos por todo el territorio vasco. Es el caso Iñigo Vicente, estudiante de Enfermería, que ayer formalizaba su matrícula en el euskaltegi municipal de Irun. Este joven comenzará a cursar estudios del nivel 3, becados el pasado año hasta un máximo de 460 euros. Este año las ayudas por estudiar en este escalón se restringen a un límite por persona de 100 euros. Vicente se expresa con contundencia: "Ya nos podrían dar algo más. Deberían dar más facilidades". Sus estudios universitarios provocan que aún carezca de un sueldo, por lo que sus padres abonan la matrícula por estudiar euskera, lo que no impide que sea consciente de las consecuencias de la disminución de las becas. "Me lo pagan mis padres pero no les hará ninguna gracia este recorte porque ellos son trabajadores autónomos y también sufren la crisis", señala este veinteañero.

Vicente señala que, quizá, la medida no sea la más adecuada. "Nos han recortado a nosotros y deberían hacerlo en otras cosas", apostilla. Por su parte, Sylvia, una holandesa que reside desde hace once años en Donostia, se informaba ayer en el euskaltegi Legazpi de la capital guipuzcoana sobre las características y las condiciones de las clases en ese centro. Tras conocer el recorte en las subvenciones a las matrículas, su opinión se manifiesta sin ambages: "Al euskera le hace falta mucha ayuda".

Sylvia estudia la posibilidad de darse de alta en este euskaltegi ante la "enorme" lista de espera existente en la Escuela Oficial de Idiomas, cuyas tarifas resultan más económicas que las de otros centros de euskaldunización.