vitoria. El mundo del juego en Álava sigue sus propias reglas. Las últimas estadísticas publicadas a este respecto señalan que los hombres de entre 30 y 64 años juegan más que las mujeres, salvo al bingo, donde ellas son mayoría. Y los jóvenes juegan menos que los adultos, a excepción de los juegos privados, como el casino, el bingo, las cartas, el frontón, el deporte rural, las apuestas deportivas y las tragaperras. Existe una mayor costumbre de apostar en el medio rural que en la ciudad de Vitoria y los juegos preferidos por los habitantes del territorio son la Lotería Nacional, la Bonoloto, la Primitiva y la Quiniela. Los sorteos de la ONCE ocupan el segundo lugar en las preferencias de los habitantes en el territorio, seguidos, en tercer lugar, por los casinos, los bingos, los juegos de cartas con dinero, las apuestas deportivas y las tragaperras. Cierran el grupo, en cuarto lugar, las apuestas on line.

Precisamente uno de los capítulos más específicos que el II Plan Joven Municipal dedica al juego está centrado en Internet. La principal consecuencia de operar a través de la Red en cuanto al juego problemático es que abre una importante brecha a aspectos como el juego solitario, no social sino individual, el juego anónimo y el empleo del llamado dinero de plástico, a través de transferencias bancarias.

demasiadas facilidades Las facilidades que se ofrecen al usuario son tan variadas como arriesgadas. Los casinos virtuales carecen de hora de cierre, con lo cual se puede jugar durante todo el día, de forma continuada y en cualquier instante. El control de acceso a menores es tan sencillo de eludir como mentir de forma anónima y pulsar el botón de sí, soy mayor de edad. Por si todo ello fuera poco, hay que añadir que se emplean fórmulas de invitación para congregar jugadores a través de ofertas de juego gratis que atraen al usuario.

Al mismo tiempo, el marketing se encarga de dotar a este comportamiento de una amplia aceptación social, sustentada en la publicidad de las casas de apuestas on line que utilizan importantes equipos de fútbol. La ausencia de una regulación específica a este respecto hace que este tipo de juegos sean alegales y se creen contradicciones tales como que no estén permitidos, pero que se pueda hacer publicidad de ellos.

Las asociaciones dedicadas a la rehabilitación de jugadores en riesgo han constatado que tanto Internet como las videoconsolas se hayan convertido en un medio para enganchar a los menores al juego, lo cual da lugar a problemas de adicción a edades cada vez más tempranas. Otro problema identificado por estas agrupaciones es el libre acceso de los menores a cybercafés, locutorios y salas de juego con ordenadores conectados a Internet, que carecen por completo de ningún control o limitación a contenidos.