Vitoria. La espada de Damocles del desalojo siempre ha pendido sobre las cabezas de los residentes en el número 103 de la calle Cuchillería de Vitoria, un inmueble propiedad de la fundación Catedral Santa María y ocupado desde hace cinco años, pero las noticias hablan ahora de una intervención inminente. El colectivo de habitantes del inmueble recuerda el fuerte compromiso social que han mantenido estos años con el barrio, hablan de las iniciativas que han impulsado y, con el fin de evitar que el inmueble se vacíe, piden a los vecinos que participen todos los jueves en las caceroladas de protesta que tendrán lugar frente al inmueble a partir de las 20.00 horas.
Los portavoces del grupo atacan la postura mantenida por la Fundación Catedral Santa María, propietaria del edificio, y de su director gerente, Juan Ignacio Lasagabaster. "¿Cómo se comprende que se ceben en intentar desalojar esta casa, cuando el propio Lasagabaster ha reconocido recientemente que ni tienen proyecto alguno para ese espacio, ni presupuesto para pensar en ello?", manifiestan en este sentido.
Esta pasada semana, los ocupantes del inmueble han recibido la noticia del "desalojo inminente". "Han pasado cinco años desde que varios jóvenes convertimos este inmueble vacío en un hogar para convivir, desarrollar proyectos y hacer del derecho a una vivienda digna una realidad. Denunciando así la especulación y los proyectos turísticos, de los que sólo unos pocos se están beneficiando", explicaron tras recibir la tercera de las notificaciones judiciales. La Fundación Catedral Santa María, por su parte, ha reclamado la recuperación de esta casa por constituir un espacio ganado por la sociedad para funciones relacionadas con la cultura y el patrimonio, y sus responsables han explicado en diferentes ocasiones que el "deplorable" estado de su estructura les hace temer por la seguridad de sus ocupantes.
Cronología A través de Internet, el colectivo ha realizado un repaso de lo ocurrido desde 2006, cuando se ocupó el inmueble. Así, recuerda que en 1998, los vecinos de la manzana, recibieron una notificación en la que por decreto de Alcaldía sus viviendas cambiaban de calificación y dejaban de ser de uso residencial. En 1999, convocaron a los vecinos y les propusieron diversas opciones para dejar sus casas. En 2000, casi toda la manzana quedó vacía, aunque algunas vecinas se negaron a marcharse, con lo que comenzó a hablarse de una posible expropiación.
En 2006 se ocupó el número 103 de la calle Cuchillería, después de permanecer 6 años vacía. Solo quedan dos vecinas en el portal 101 que se niegan a abandonar su propia casa. En 2010, se notificó por primera vez el desahucio. En 2011, se celebró un juicio en el que los ocupantes no estuvieron presentes y, como resultado del mismo, se ordenó el desalojo definitivo. Los portavoces del colectivo aseguran que once años después de iniciar el vaciado de la manzana, ni hay un proyecto firme para la zona ni presupuesto que permita ejecutarlo.