Madrid. Un total de 165 muertos y 1.409 enfermos graves es el balance de la pandemia de gripe correspondiente a la temporada 2010-2011, según datos del Sistema de Vigilancia sobre esta infección del Instituto de Salud Carlos III que se hicieron públicos ayer.

Desde el inicio de la fase pandémica, se notificaron 3.699 detecciones del virus de la gripe, de las que el 70,4% fueron del tipo A, el 29,3% del B y el 0,3% del C. La directora general de Salud Pública y Sanidad Exterior del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, Carmen Amela, explicó que las características de los casos graves y fallecidos son similares a las de la anterior temporada, 2009-2010. Aunque en ese período se notificó la muerte de 350 personas a causa de la gripe A, los epidemiólogos consideran que no es posible comparar estos datos con los actuales, porque el seguimiento de la pandemia fue mucho más exhaustivo y hubo una mayor recuento de casos en aquellos momentos de alerta ante la existencia del nuevo virus.

Amela señaló que la gripe siguió afectando esta temporada a la población de edad media y, básicamente, a aquellas personas que presentan factores de riesgo. La experta incidió en que muchos de estos supuestos hubieran podido prevenirse con vacunación, ya que en torno al 80% de los enfermos graves con factores de riesgo, es decir, enfermedades crónicas, embarazo, obesidad y mayores de 60 años, no estaban inmunizados.

Desde el inicio de la temporada, la mortalidad detectada se situó en valores mínimos hasta mediados de diciembre y, a partir de entonces, mantuvo un patrón similar a lo observado otros años. "El número de defunciones ha estado en general por debajo de los valores medios esperados y en ningún momento se han aproximado al umbral de alerta. En ese sentido hay que estar tranquilos y no debemos alertar", señaló Carmen Amela. El 15% de las infecciones se registraron en menores de 5 años; el 4% en edades comprendidas entre los 5 y los 14 años; el 27% entre 15-44 años; el 36% entre 45-64 y un 18% en los mayores de 64.