vitoria. Los ciudadanos suspenden a la Administración en el uso que hace del euskera. Esta insatisfacción pone el foco de atención en los problemas derivados de la falta de personal vascoparlante en Justicia, en los servicios de Sanidad y en la Policía. Pero la mayoría de las quejas reclaman que todas las personas tengan la posibilidad de vivir de forma natural con los dos idiomas oficiales. Por ejemplo, a la hora de poner una denuncia en la comisaría de la calle Olaguíbel de Vitoria, tal y como revela una queja interpuesta en el Servicio vasco para la Garantía de Derechos Língüísticos (Elebide). Se trata de una cuestión que está "en vías de solución", como lo estuvo en su día que de la megafonía de la estación de autobuses sólo se oyera la lengua de Cervantes.
Sin embargo, la mayoría de reclamaciones critican la falta de inmediación que tienen que soportar por tener que recurrir a un traductor o por la pérdida de tiempo hasta que éste estuviera disponible. Así lo pone de manifiesto el último informe del Ararteko tras el análisis de los 25 expedientes registrados en 2010 en el área Derechos lingüísticos y Cultura. Uno de estos afectados es un gasteiztarra que vivió en sus propias carnes este tipo de frustración el pasado 15 de abril. "La Administración nos obligó a realizar la reunión para la renovación del convenio laboral en castellano, sin opción de traducción simultánea", concretó en Elebide.
Pese a ello, es de reseñar que ninguna de las personas que se han dirigido a la Defensoría del Pueblo planteaba situaciones en las que la atención en su lengua se hubiera visto denegada en términos absolutos. Lo que motivaba sus reclamaciones era más bien que los términos en los que se había ofrecido ejercer tal derecho hacían que éste resultara más teórico que real. Así, a un reclamante le habían ofrecido desplazarse a otra localidad, distante a 50 kilómetros del hospital que correspondía por su domicilio, para poder ofrecerle en euskera la asistencia sanitaria.
Las causas Las respuestas que esta institución ha recibido de la Administración para explicar lo sucedido tampoco han variado. "Siguen apelando a que se trata de un derecho de aplicación progresiva, lo que hace que su ejercicio, en la práctica, esté sujeto a una disponibilidad de personal bilingüe con el que, lamentablemente, no siempre se cuenta", detalla el informe.
En un principio, este planteamiento parece "razonable" al Ararteko, siempre y cuando no se entienda dicha progresividad en el sentido de que las cosas cambiarán por sí mismas por el mero transcurso del tiempo. "Es necesario intervenir para que lo hagan, evaluar si esta actuación esta mejorando en la práctica el servicio prestado y corregirla en la medida en que no esté siendo así".
Como remedio, el Ararteko propone una dotación suficiente de empleados públicos bilingües en cada servicio y turno, y que en tanto no sea posible, exista una planificación que establezca, sobre todo en los ámbitos más deficitarios, objetivos evaluables en términos de mejora del servicio.
Varias de las quejas ponen de manifiesto los problemas que, paradójicamente, genera la informatización de los servicios administrativos para las personas que quieren relacionarse con ellos en euskera. El problema surge cuando la versión en lengua vasca no está disponible, no funciona correctamente, o presenta incorrecciones. Ante esta situación, el Ararteko concluye que no es razonable que dicho instrumento suponga un obstáculo al ejercicio de los derechos. El Consistorio vitoriano no se libra de esta falta de bilingüismo. "Tiene cuentas en facebook, twitter, pero en todas usa el castellano", expone una queja recogida el pasado mes de diciembre por los técnicos de Elebide.