vitoria. No hay gestión de un conflicto laboral que no incluya las correspondientes políticas de comunicación para condicionar el parecer de la opinión pública. En este sentido, la huelga de bolígrafos caídos emprendida por agentes de las unidades de Tráfico de la Ertzaintza es un ejemplo ilustrativo. Mientras los implicados en la protesta y sus representantes sindicales consideran que su actitud -enmascarada en una campaña de concienciación pública hacia los conductores pública- ha dejado de recaudar el 60% de las infracciones habituales en las carreteras, para el gestor político de la Policía autonómica, el consejero socialista Rodolfo Ares, la llamada para que los patrulleros no impusieran multas no ha tenido una incidencia significativa, según aseguró el político a la Agencia Efe.

De sus palabras se desprende que "no ha habido una incidencia digna de destacar" en el número de multas. De hecho, el consejero cree que "el comportamiento profesional de los agentes de Tráfico está llevando a que no sea significativo el descenso en las sanciones, lo que agradezco una vez más porque demuestra su profesinalidad".

En ese sentido, el Departamento de Interior mantiene esta semana una ronda con los sindicatos individualmente para seguir negociando en busca de un acuerdo. Según Ares, en lo que hace referencia a la segunda actividad, el punto de máxima discrepancia, se están "acercando posturas". La oferta del Ejecutivo es que con más de 56 años los ertzainas no patrullen de noche, así como otras ventajas para los afectados por enfermedades. Actualmente, un 19% de la plantilla de la Ertzaintza, tiene cincuenta años o más, de manera que la situación que se regule ahora afectará a numerosos agentes en los próximos años.

Sea como fuere, lo cierto es que la representación sindical de los agentes decidió mostrar su hartazgo con la situación con una reivindicación que se ha traducido en la imposición de menos multas por infracciones leves de tráfico. La medida comenzó hace poco más de dos semanas con unas previsiones iniciales que pretendían dejar de denunciar el 60% de las faltas habituales cometidos por los conductores en la red viaria. Así, han quedado sin multar comportamientos leves relativamente cotidianos, como el olvido de utilizar los cinturones de seguridad, hablar por el móvil mientras se conduce un vehículo o presuntas irregularidades en el tacógrafo de los vehículos pesados. Además, en los controles de alcoholemia se han parado menos vehículos, aunque los conductores que han dado positivo han sido multados. No obstante, los agentes de las unidades de Tráfico implicadas en esta protesta no han perdonado infracciones graves ni situaciones que motiven la apertura de un atestado.

La campaña partió con el apoyo de una nutrida representación social de los agentes. En concreto, ErNE, Sipe, Esan y Euspel -que reúnen al 70% de los agentes- están al frente de la campaña.