La Audiencia de Barcelona decidió reabrir la causa por el atropello de tren el 23 de junio de 2010 en un apeadero de Renfe de Castelldefels (Barcelona), en el que murieron 12 personas, la mayoría de ellos jóvenes sudamericanos que iban a celebrar la verbena de San Juan en la playa. Esta decisión se deriva del hecho de que la Audiencia estimara "en lo fundamental" los recursos de los defensores de varias víctimas contra el auto del juez, que decidió el sobreseimiento de las actuaciones judiciales por entender que el siniestro se debió a una actuación "imprudente y temeraria". La Audiencia señala que se debe continuar con la instrucción dando "la oportunidad a la totalidad de las partes para que propongan las diligencias que consideren convenientes".