GASTEIZ. Casi el 65 por ciento de las personas que padecen hipertensión arterial y roncan sufren apnea del sueño y la mayoría de ellas está sin diagnosticar ni tratar, lo que duplica los costes sanitarios que estos enfermos generan.

El mejor tratamiento para esta enfermedad, que se caracteriza por episodios repetidos de obstrucción de la garganta durante el sueño, es la llamada máquina CPAP (Continous Positive Airway Pressure), un aparato que suministra al paciente una presión a través de una mascarilla colocada en la nariz.

Ésta es una de las conclusiones de un estudio, al que ha tenido acceso Efe, realizado por el Grupo Español de Sueño (GES), que está liderado por el responsable de la Unidad de Trastornos del Sueño del Hospital Txagorritxu de Gasteiz.

La apnea del sueño es una enfermedad frecuente que afecta al 25 por ciento de la población en sus formas leves y moderadas, y a entre el 3 y el 6 por ciento en sus manifestaciones más graves, según Durán-Cantolla.

Además, produce un deterioro de la calidad de vida, causa hipertensión arterial, aumenta el riesgo de aparición de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, y es una causa de accidentes de tráfico, laborales y domésticos.

También se ha probado que no diagnosticar a estos pacientes duplica los costes sanitarios que estas personas generan.

El tratamiento más importante que se utiliza es el aparato CPAP y se estima que en España hay más de 400.000 máquinas de este tipo que son usadas cada noche por estos pacientes.

Hasta ahora, según ha expuesto el experto en trastornos del sueño, el CPAP se restringía a los pacientes que, además de tener un número importante de apneas del sueño, padecían síntomas como somnolencia durante el día.

A los pacientes sin somnolencia, aunque tuvieran apneas, no se les consideraba objeto de tratamiento con estas máquinas, ha señalado Durán-Cantolla.

Además, en los últimos años se ha demostrado que la apnea del sueño es una causa importante de hipertensión arterial.

Por ello, el GES se planteó realizar un estudio que incluyera un importante número de pacientes con hipertensión arterial recién diagnosticada por su médico de cabecera y que, además, tuvieran apneas en el sueño.

El objetivo era demostrar que el tratamiento con CPAP era capaz de reducir las cifras de presión arterial en comparación con la administración de un placebo (un aparato similar pero que no suministra ninguna presión).

El grupo de estudio incluyó once hospitales en todo el territorio nacional y se reclutaron un total de 340 pacientes, de los que el 64 por ciento tenían apnea del sueño.

A todos los pacientes se les estudió la presión arterial a lo largo de 24 horas cada 15 minutos durante el día y cada 30 minutos durante la noche.

Además, se les sometió a un estudio completo de sueño para estudiar sus apneas.

El estudio demostró, según Durán-Cantolla, que en el grupo de pacientes tratado con CPAP, comparado con el tratado con placebo, la presión arterial se redujo una media de unos 2 milímetros de mercurio.

Esta reducción fue mayor para los pacientes que usaban la máquina de CPAP más horas durante la noche.

Según este médico, una disminución de entre 2 y 4 milímetros de mercurio es capaz de reducir el riesgo de enfermedad coronaria o cerebrovascular hasta un 25 por ciento en cinco años.

La conclusión más importante de este estudio, que ha sido publicado en la revista British Medical Journal, es que el CPAP debería ser considerado como una opción de tratamiento para pacientes con hipertensión arterial y apneas del sueño aunque no tengan síntomas de somnolencia.