Imagino que será una decepción que los dos socios que iniciaron aventura política con el PNV en el Gobierno hayan decidido abandonarlo.
En este momento no puedo hablar de los dos. Puedo hablar de uno, aunque parece que todo apunta a que el segundo también pueda irse. Más que decepción siento tristeza. Porque a mí me parece que el tripartito nacionalista que nació en esta legislatura era ilusionante y creó expectativas. En cualquier caso, de los diputados que todavía lo son -Mikel Mintegi y Lorena López de Lacalle, de EA- y del que se fue -Javier Aspuru, de Aralar-, sólo puedo hablar de su lealtad y de su trabajo, y lo digo de corazón. Me parece, además, que lo que ocurrió y lo que presumiblemente va a ocurrir no es tanto un tema de discrepancias en el seno de este Gobierno foral como un tema de estrategia de partidos.
En cualquier caso, parece evidente que EA saldrá de la Diputación si no aprueba los Presupuestos.
Desde EA tienen tomada esta decisión desde hace tiempo, aunque no digo que la hayan adoptado mayoritariamente. Y no sé si estamos escenificando el si se van o los cesan. Si no apoyan los Presupuestos o si enmiendan de manera total o parcial unas Cuentas que ellos mismos han aprobado, lo razonable, lógico y ético sería irse, ya que no tiene sentido intentar seguir manteniendo la gestión de un Presupuesto con el que no se coincide. Ahora bien, dadas las circunstancias si ellos no toman la decisión de irse, al diputado general no le va a temblar el pulso para tener que cesarlos. Si eso se produce finalmente, la tinta, la pluma y hasta el papel de ese cese lo habrá puesto EA.
Precisamente, esta formación es una de las que cocinan lentamente el llamado polo soberanista, en el que confluiría con la izquierda abertzale y hasta con Aralar. Esto no es nada nuevo, aunque sí el riesgo de que esa opción fragmente al electorado nacionalista...
Quiero recordar que en las pasadas elecciones Aralar, EA y la izquierda abertzale estuvieron presentes y hubo los resultados que hubo. A mí lo que sí me parece antinatural es que en el espectro político nacionalista exista la fragmentación y el número de partidos que existen en este país. Es inconcebible. Dependiendo de lo que pase con la izquierda abertzale -aún no sabemos que pasará, aunque yo hago votos para que esté-, podemos estar entre seis y siete formaciones políticas compartiendo ámbito. No sé si somos un país de cainitas...
¿Qué discurso político va a representar Xabier Agirre en las próximas elecciones?
El de una persona que conoce el territorio y las necesidades del mismo y de sus ciudadanos y que está dispuesto a seguir trabajando por sacar adelante esta tierra. Creo en ella y en sus gentes y estoy convencido de que podemos dar pasos adelante en los ejes que han constituido la acción de Gobierno y que tienen que tener una continuidad a futuro.
Las encuestan favorables, pese a los momentos críticos.
Es verdad. Los sondeos nos dan como primera fuerza en Álava. Creo que la coyuntura electoral para este territorio va a suponer que las tres grandes fuerzas políticas podamos estar más o menos en un pañuelo. En Vitoria parece que podría haber cierto empate técnico. Por ello, la gran pelea electoral va a ser la capital. En el territorio tenemos un nivel muy aceptable de voto que, probablemente, otros partidos no tienen.
Ya, pero no todo el bacalao se va a cortar en las urnas...
Si nos atenemos a las declaraciones que han hecho la práctica totalidad de los portavoces del Partido Popular y un buen número de portavoces del PSE, pretenden extender al resto de instituciones ese cambio mágico que dicen que han traído al Gobierno Vasco. El caso es que en Álava, ya conocemos más o menos cómo ha funcionado esa entente durante ocho años. No quiero desgranar temas, pero ahí están el agujero de Noryeste, el sobrecoste de la AP-1, el endeudamiento de la Diputación en épocas de bonanza... El PNV si obtiene buenos resultados, puede ser una buena fórmula para dificultar ese pacto que dicen que van a hacer.
Pese a ello, los sondeos también reconocen que la combinación más valorada es aquella que une a PSE y PNV para las diferentes instituciones. ¿La confirmación de ese posible pacto PSE-PP puede trastocar la lealtad institucional que reina en el territorio?
Los acuerdos a los que hemos llegado en la Diputación y en el Ayuntamiento son fundamentalmente de carácter presupuestario. Probablemente habremos hecho unos y otros de la necesidad, virtud. Nosotros necesitamos al PSE para aprobar el Presupuesto foral y ellos nos necesitan en el Ayuntamiento. Eso es un ejercicio de responsabilidad. Anteponer estabilidad institucional por encima de las discrepancias políticas que podamos tener.
¿Cómo son sus relaciones con el Gobierno Vasco?
Las relaciones entre instituciones tienen que estar presididas por la normalidad. La responsabilidad institucional nos lleva a relaciones estables.