Vitoria. Durante siglos, los animales de tiro han sido parte inseparable de la agricultura. Bueyes, burros, caballos, mulas y vacas han sido una pieza clave a la hora de llevar a cabo tareas como labrar las tierras, sembrar, quitar la maleza o transportar el agua y la leña. Sin embargo, la modernización ha dado como resultado su progresiva desaparición del campo, y su sustitución por relucientes tractores, que no siempre están al alcance de todos debido a su elevado coste.

Pero en un momento como el actual, en el que está tan de moda hablar de sostenibilidad, cada vez son más los productores y agricultores que demandan retornar a una maquinaria de tracción animal. Los expertos consideran el empleo de las bestias de tiro como una forma más de innovación, en contra de quienes todavía opinan que se trata de un sistema anticuado. Tal es el interés que está suscitando esta práctica que estos días la localidad alavesa de Añúa está celebrando unas jornadas técnicas para enseñar algunas nociones básicas a aquéllos que quieren empezar a trabajar con animales.

La convocatoria ha sido impulsada por Bionekazaritza, la Asociación Alavesa de Agricultura Ecológica. El colectivo ha conseguido traer hasta el territorio a distintos expertos de la asociación Prommata de Francia, donde llevan años experimentando con este tipo de maquinaria. "De hecho, hay empresas que funcionan como una especie de compañía de alquiler de burros para los agricultores que lo necesiten", asegura Pedro Ferrero, miembro de Bionekazaritza.

Más de 70 personas se han apuntado a estas jornadas, aunque sólo 20 han conseguido una plaza, procedentes de sitios tan dispares como Mallorca, Andalucía, Castilla y León, y también del País Vasco. La mayoría de ellos son agricultores que cuentan con su propia explotación, de no más de cuatro hectáreas normalmente, y están investigando alternativas a la maquinaria de motor. Y es que cada vez son menos los que discuten los beneficios de la tracción animal: consume menos combustible, emite menos ruido, facilita el trabajo y además permite abonar el campo. "Hoy en día comprarse un tractor supone estar hipotecado para toda la vida", explica Ferrero.

En Euskadi, el burro es el animal más empleado para todas las tareas que tienen que ver con el campo. Desde Bionekazaritza aseguran que cada vez se recurre más a este animal, ya que aunque requieren una serie de cuidados y tiempo para educarlos, a la larga resulta más rentable que la maquinaria mecanizada, cuando se trata de explotaciones más pequeñas. "Además, se puede combinar perfectamente con un tractor, no todo tiene que estar industrializado", añaden.

Los expertos recomiendan considerar de nuevo los beneficios de las bestias de tiro, y dejar a un lado esa falsa percepción de quienes presentan la tracción animal como una tecnología vieja e inherentemente pobre. Ese cambio de tendencias empieza a darse en países en acelerado proceso de urbanización e industrialización como Brasil o México y también en Sudáfrica. En Europa también se aprecia este interés, al igual que en Euskadi, donde se está investigando la incorporación de esta maquinaria.