El dolmen del Alto de la Huesera no es de los primeros que se han descubierto en Rioja Alavesa, pero se está convirtiendo en una fuente inagotable de documentación y, además, se puede llegar a convertir en un verdadero icono de la cultura megalítica, por su belleza y proceso de reconstrucción.
Fue Domingo Fernández Medrano, que era director del Museo Arqueológico, quien en 1948 lo encontró y quien realizó el primer trabajo de cata de la estructura megalítica. Tras retirar la losa que había caída en su interior descubrió restos de 48 personas. Lo volvió a tapar, ya que no encontró el corredor de acceso y pensaba que era el único en la zona sin esa estructura.
Pasaron los años sin que se habilitasen partidas para poder realizar una excavación y, por fin, este año, gracias a un convenio entre el Departamento de Cultura de la Diputación alavesa y la Fundación Euskoiker, se pudo programar intervenciones en los dólmenes de El Montecillo (Villabuena), La Chabola de la Hechicera (Elvillar) y el Alto de la Huesera (Laguardia). Estos trabajos están dirigidos por los profesores Javier Fernández Eraso y José Antonio Mujika Alustiza, del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la UPV.
Estos profesores explicaron ayer en el lugar donde se encuentra el dolmen que los trabajos comenzaron en la Huesera. Como primer objetivo se estableció la búsqueda del corredor, para lo que se hicieron dos zanjas. Al mismo tiempo, comenzó la búsqueda de restos en el interior de la cámara. Tras superar los primeros 40 centímetros de excavación, que eran de tierra suelta y con algunos huesos que no encajaban entre ellos, sólo se encontró un arete, alguna cuenta de collar y algún trozo de cerámica. A continuación, y bajo una capa de piedras, comenzaron a aparecer restos humanos. Un total de 9 personas en conexión anatómica, es decir, completos, que se retiraron. Hace 15 días volvieron a aparecer más.
Además, al ir bajando niveles, apareció el corredor que Medrano no había encontrado en 1948, que estaba orientado hacia donde van todos los corredores de la comarca, es decir hacia el sur, suroeste. Ahora los trabajos continuarán centrados en seguir excavando, tanto la cámara como el corredor. También se pretende devolver el lugar la imagen que tuvo hace 4.000 años.
Otros dólmenes En cuanto al dolmen de Montecillo, en Villabuena de Álava, fue encontrado el año pasado por el vecino Roberto Ibáñez, que se había topado con unas losas sospechosas y había dado parte a la Diputación. Lo primero que se hizo fue comprobar si se trataba de un monumento megalítico o si se trataba de algo casual.
Tras cuatro meses de excavaciones se pudo constatar que se trataba de un dolmen de corredor, con cinco losas, aunque la superior estaba caída en el interior de la cámara. Lo peor de este caso es que el subsuelo es de arenisca, que es muy ácida y que no ha permitido que llegara hasta nuestros días ningún resto humano. Tan sólo se halló, en la parte del corredor, algunas falanges de las manos y dos trocitos de cerámica campaniforme, lo que permite fechar la estructura arqueológica en la era del Calcolítico. La idea de los directores de la excavación es reconstruirlo y que pueda ser visitado.
Respecto al dolmen de La Hechicera, en Elvillar, se han hecho dos zanjas, que se cruzan en el interior de la cámara, para comprobar la estructura del enterramiento, así como unos sondeos en la parte trasera del recinto. Las catas demostraron que los túmulos estaban en la parte exterior, concretamente dos superpuestos. Uno es muy grande en la parte inferior, que tiene un encofrado de losas en el talud para sujetarlo. La actuación que se acometerá el año próximo pasará por retirar el muro que hay alrededor separando el dolmen de la viña, con la idea de que se pueda tener una visión mejorada de cómo era ese lugar hace 4.000 años.
La diputada de Cultura, Lorena López de la Calle, visitó ayer La Huesera y La Hechicera, acompañada por técnicos de su Departamento. "La Huesera es un dolmen menos conocido que otros de la zona, pero que, con esta intervención, recupera su enorme monumentalidad, de modo que va surgiendo un nuevo icono de la arquitectura megalítica de Rioja Alavesa, reforzando una de las imágenes emblemáticas de la Cuadrilla, junto a viñas, bodegas o la propia Sierra de Cantabria".
López de Lacalle explicó que se está desarrollando "una intervención de carácter integral, desde la documentación e intervención arqueológica hasta la restauración y consolidación, quedando pendiente la difusión y adecuación ambiental". Ha añadido que el dolmen estará visitable en 2011, con la habilitación de paneles explicativos al público, una vez que se culmine la intervención a realizar en la campaña de primavera del año que viene. Cultura ha destinado 120.000 euros durante este ejercicio para financiar la investigación, excavación, consolidación y restauración de los 3 dólmenes.