E n el patio de la ikastola Abendaño, a Edurne, de sólo tres años, le costaba soltarse de la mano de su ama, Ainhoa Ruiz. Lleva días esperando este momento, pero verse rodeada de tanta gente y de tantas novedades hacía que se lo pensara dos veces antes de adentrarse en el aula. "Había venido tranquila porque ya conoce a su andereño y, además, ayer le traje para que viera su clase", aseguraba su madre.

La angustia generalizada que reinaba en el ambiente en este primer día de clase era contagiosa. Pero al ver a Jon, a su compañero de la guardería del año pasado, una sonrisa volvió a asomar en su cara. Era la hora de entrada y los profesores les recibieron uno a uno para acompañarles hasta sus respectivos pupitres. Empezaron los lloros. Los pequeños se agarraban fuertemente al cuello de sus padres, se resistían a soltarse, y en la cara de los adultos se apreciaban también algunos gestos de tristeza.

En el edificio de Primaria, la situación era bien distinta. Laura Díaz de Tejada se acababa de encontrar con su amigas después de todo un verano alejada de ellas. "He estado en Benidorm, han sido unas buenas vacaciones pero tenía ya ganas de volver", aseguraba instantes antes de que sonase la sirena del nuevo curso escolar, que devuelve a las aulas a un total de 51.045 alumnos alaveses. Arranca, por lo tanto, un periodo lleno de novedades, de las que ni los propios estudiantes son ajenos. "También esta vez vamos a tener ordenadores portátiles, y es posible que hasta nos dejen llevárnoslos a casa", aseguraba Zuriñe Serna, estudiante de sexto, curso al que esto año se extenderá el programa Eskola 2.0., junto con quinto.

La directora de la ikastola Abendaño, Isabel López, explicaba que tampoco en esta ocasión ha llegado a tiempo el material informático a las aulas, como ya sucediera el año pasado -los portátiles se recibieron a comienzos del último trimestre-. Sin embargo, los centros de momento le restan importancia y esperan que en breve otros 2.600 alumnos puedan empezar a emplear esta herramienta como complemento a los libros de texto. Y es que nada puede aguar este arranque de curso, al que llegan todos con las pilas cargadas, también los padres, que ayer no podían ocultar su felicidad por el inicio de las clases. "Teníamos ganas ya de volver a la normalidad, porque la mayoría hemos empezado a trabajar y las últimas semanas se han hecho largas", afirmaba Alex Jaio, padre de Lucía, otra alumna de sexto de Primaria.

El nuevo curso se caracteriza por un nuevo repunte en las matriculaciones, especialmente en Álava, donde se han inscrito un 2,8% más de alumnos que en 2009. La mayoría, además, lo ha hecho en un centro perteneciente a la red pública. Se trata de una tendencia que empieza a consolidarse en este territorio, a diferencia del resto de la Comunidad Autónoma Vasca, donde hasta ahora los padres mostraban una mayor preferencia por los centros privados. El 54% de los alaveses irá a la escuela pública, y siete de cada diez alumnos nuevos estudiará en el modelo D, es decir, con las asignaturas en euskera.

Cabe recordar que este curso también se estrenará el marco trilingüe en siete centros de Álava, la mayor parte de ellos concertados.

El sindicato STEE-EILAS denuncia que más de 800 plazas vacantes y sustituciones han permanecido sin cubrirse en los centros públicos de Infantil y Primaria pese a que el profesorado inició su trabajo el pasado 1 de septiembre. En una nota de prensa remitida ayer, las central abertzale insiste en que "lo más sorprendente" ha sido que el Departamento vasco de Educación haya decidido que los docentes que van a cubrir dichas sustituciones se incorporen a sus puestos el día 7 de septiembre, es decir, ayer, que fue precisamente cuando los alumnos iniciaron las clases. "En la práctica, la Administración va a cubrir la mayor parte de las sustituciones con una semana de retraso, confirmando lo que insistentemente denunciamos al final del curso pasado: el recorte de las coberturas de las sustituciones", añadieron en la nota. Los datos que maneja STEE-EILAS contrastan con los ofrecidos la pasada semana por la consejera de Educación, Isabel Celaá, asegurando que el 1 de septiembre "todos los profesores estaban en sus puestos" gracias a la modernización del sistema de adjudicación que, según dijo, ha permitido adelantar este proceso respecto a otros años.