Aitor es un chico muy curioso y cuando pasa algo inesperado quiere saber por qué le ha ocurrido.

Tiene un sacapuntas para afilar lápices que le gusta mucho pues es todo metálico y por ello es mucho más resistente que los de plástico. El cuerpo es de aluminio y la cuchilla es de acero.

Un día, Aitor, casi sin querer se lleva el sacapuntas a la lengua y en el momento que ésta toca el aluminio y el acero siente un calambre. Tiene un momento ¡Eureka! ¡Un calambre! ¿Es que en el sacapuntas hay electricidad?

Respuesta: Efectivamente, cuando tenemos dos metales diferentes (en este caso aluminio y hierro) que se sumergen en un electrolito (en este caso la saliva) se produce electricidad.