Y, aunque parezca raro, nadie les paga, lo hacen por placer. Se trata de los peces Garra Rufa, originarios de ríos de países como Turquía, Siria, Irán o Pakistán, y que desde finales de julio ofrecen sus servicios en el número tres de la donostiarra calle Easo.
El polaco Eryk Matuszak ha sido el responsable de acercar hasta la capital guipuzcoana la ictioterapia, un método desconocido por estos lares que, sin embargo, es una técnica que cuenta con un profundo arraigo en Asia y que poco a poco se está introduciendo en Europa -en el Estado sólo existe otro centro en Madrid-.
Los peces, de entre tres y seis centímetros, no tienen dientes y succionan las pieles secas y muertas al mismo tiempo que masajean, en este caso, los pies. Esto provoca que la piel esté más suave y rejuvenecida. "La idea surgió tras un viaje a Tailandia. Después, en Inglaterra, vi un local similar al que tenemos aquí y me gustó. No queríamos un salón de belleza, sino algo asequible y para todos los públicos", explica Matuszak.
A juzgar por el aspecto que presenta el Fish Spa un día de semana a media tarde, el propietario ha conseguido su objetivo. Los más tímidos observan a través del cristal; los curiosos entran y preguntan si duele y qué se siente; los más valientes prueban de inmediato y otros se despiden al grito de "ya volveremos". "En general, quienes se acercan no lo hacen asustados sino sorprendidos. Estamos satisfechos con la acogida, creemos que ha funcionado el boca a boca porque no hemos hecho publicidad", comenta el responsable.
procedimiento
Pez doctor
El procedimiento es sencillo. En primer lugar, es necesario limpiar los pies en un recipiente con agua templada. Después, se sumergen las extremidades inferiores en una especie de acuario a 33,9ºC, en el que unos 200 Garra Rufa llegados desde Alemania se dirigen velozmente a succionar las pieles muertas produciendo una agradable sensación de cosquilleo.
"La gente espera milagros y dicen que es bueno para la psoriasis, pero de lo que se trata es de una pedicura orgánica que sólo actúa en las zonas donde se necesita", apunta Matuszak. "Además, -añade- los peces segregan una enzima, dithranol, que se utiliza para las cremas rejuvenecedoras".
Este tipo de animal, que vive unos siete años, es también denominado pez doctor o pequeño dermatólogo, ya que, además de favorecer "una piel más suave y joven, mejora la circulación de la sangre".
"Es un pez bastante caro, raro y difícil de mantener porque necesita cuidados especiales. El hábitat tiene que ser el mismo que tienen en Siria o Turquía y el agua dulce donde están tiene que ser tratada. Además, hay que alimentarlos porque ellos no viven de las pieles de la gente", indica el propietario del Fish Spa. En este sentido, Matuszak subraya que la transmisión de enfermedades es "imposible" porque los peces "no tienen dientes" y no pueden producir "heridas". "El agua se limpia quince veces cada hora y está esterilizada con lámparas UVA que matan las posibles bacterias y algas". "Puedes morir de risa si tienes cosquillas", bromea.
Sin embargo, hay que tener cuidado porque los Garra Rufa tienen imitadores. "Por ejemplo, hay discotecas en Ibiza donde tienen peces parecidos. Tienen dientes y son más baratos y, aunque la sensación puede ser parecida, muerden", asevera Matuszak.
una vez a la semana
Quince minutos
El propietario del Fish Spa recomienda un visita de un cuarto de hora a la semana -quince minutos cuestan quince euros y media hora 25 euros- para tener una piel "sana" y "bonita", aunque todo "depende del estado del pie".
Asimismo, advierte de que la ictioterapia no es aconsejable tras una depilación o cuando la piel está quemada, y anuncia que es posible que en el futuro el negocio sea ampliado. "Queremos abrir en Bilbao y en Vitoria y habilitar el espacio para poder tratar todo el cuerpo, para lo que se necesitarían unos 1.000 peces", completa.