vitoria. El programa Eskola 2.0 para dotar a las escuelas de ordenadores portátiles no deja de generar dudas y quejas. Hace una semana, los centros públicos advirtieron a Educación de que no existe una infraestructura necesaria para su implantación, que ha empezado este mismo curso en las aulas de quinto de Primaria y continuará extendiéndose a partir de octubre en sexto. Además, ven verdaderas dificultades a la hora de crear materiales didácticos de calidad. Ahora, los centros se han encontrado con otra desagradable sorpresa. El Departamento de Educación que dirige Isabel Celaá envió a los centros una carta, fechada el 31 de mayo, o sea, a menos de un mes de finalizar el curso académico, donde se detallaba el procedimiento a seguir en caso de rotura de los miniportátiles entregados.
Según el escrito al que ha tenido acceso este periódico, se advierte a los centros que durante este curso los miniportátiles no deben salir de los centros "por lo que la responsabilidad recae en el propio centro". Además de prometer que enviarán alguno más de repuesto, se señala que cuando se rompa alguno, y la garantía no lo cubra, se debe comunicar al Departamento, que "repondrá el equipo pero descontará del presupuesto de equipamiento del centro la cantidad de 300 euros", es decir, el valor del miniportátil.
el centro, responsable En la práctica significa que el propio centro de enseñanza es el encargado de pagar el miniportátil estropeado. Esta decisión va a provocar que muchos centros no vayan a poder hacer frente a esas reparaciones. Y es que si a un colegio se le rompe por el uso cinco ordenadores durante un curso académico, tendrá que hacer frente a un desembolso extraordinario de 1.500 euros, una cantidad que no estaba presupuestada y más teniendo en cuenta que los ingresos económicos que los centros de enseñanza públicos reciben actualmente son muy limitados.
Por ello, diversas fuentes consultadas por este periódico, advierten de que tras esta misiva "mucho nos tememos que esta decisión puede provocar que en muchos centros los miniordenadores se guarden en un armario y no se usen para que no se rompan". En el último párrafo de la carta firmada por el director de Administración y Gestión Económica del Departamento de Educación, Carlos Crespo, se deja claro que "el centro determinará el procedimiento para hacer frente al coste de reposición del equipo aplicando el reglamento de Régimen Interno". Es decir, que Educación no va a sufragar ningún ordenador más.