Vitoria. Una ley restrictiva, con ciertas contradicciones, que devuelve el mayor peso de las sanciones a los ayuntamientos, pero evita polémicas con temas como las sociedades gastronómicas. La regulación del tabaco, que tanto está dando que hablar en los últimos años, toma forma en el País Vasco. El anteproyecto está listo, aunque todavía falta que Eudel, la Asociación de Municipios Vascos, se pronuncie al respecto. De plazo tiene hasta mañana para hacerlo y sus propuestas podrían calar en los legisladores, pero no son vinculantes.
Es probable que no vea con buenos ojos que los ayuntamientos deban asumir las multas más complicadas, como prevé el actual anteproyecto, entre las que se encuentran las que se produzcan por fumar en espacios públicos o a la venta ilegal de cigarrillos.
Sobre todo, porque el Gobierno Vasco se guarda para sí la competencia sancionadora en cuestión de publicidad y promoción, mucho menos cuestionada en otras ocasiones. La Ley Antitabaco estatal de 2005 se caracterizó, precisamente, por el rifirrafe mantenido entre ambas administraciones, que no se querían hacer cargo de la competencia sancionadora. Pues bien, cuestiones relativas a la venta y al consumo del tabaco en lugares prohibidos corresponderán a los alcaldes, aunque en municipios pequeños, como venía denunciando Eudel, no dispongan de infraestructura para preocuparse por si un vecino fuma en un bar.
El Gobierno Vasco, por su parte, quiere acelerar el proceso y presentar en el Parlamento Vasco antes de junio el anteproyecto que modificará la Ley de Drogodependencias de 1998, en la que se incluye la normativa sobre el tabaco. La idea que sobrevuela esta celeridad es conseguir aprobar la normativa a finales de este año. Además, coincidiría en su tramitación con la Ley Antitabaco estatal, que viene a modificar a la de 2005, aquella que hizo acondicionar bares y restaurantes de más de 100 metros cuadrados con zonas de fumadores. Quizá, con el deseo de que no se contrapongan y evitar así contradicciones.
¿En el fútbol y en los toros? En cuanto al texto, las sociedades gastronómicas, que hasta cierto punto han sido las verdades protagonistas de la futura norma, no tendrán que prohibir fumar en sus locales. Eso sí, en presencia de menores o de empleados, cuando los haya, el humo deberá desaparecer de los txokos. Exceptuando estas entidades, "como norma general, se prohíbe fumar en todos los espacios cerrados abiertos al público, de igual modo que no está permitido fumar en vehículos de transporte privado, cuando alguna de las personas presentes en dicho vehículo sea menor de edad" dice el anteproyecto en su exposición de motivos. Más adelante viene a concretar que no se podrá ejercer este hábito es espacios cerrados "o semicerrados de uso público o colectivo o en los lugares de trabajo". Pero ¿qué es un espacio semicerrado? Ahí está una de las claves de la norma, puesto que se considera aquel que tenga "tres paramentos verticales y horizontales sin incluir el suelo, con independencia de que sean de titularidad pública y privada".
Más allá de muchas terrazas semicerradas de bares y restaurantes, que deberán de colgar el cartelito de prohibido fumar, esto supone también, en su lectura más restrictiva, que no se permita el tabaco en lugares como campos de fútbol o plazas de toros, puesto que cumplirían los requisitos de espacio semicerrado. Ahora bien, dependerá de la aplicación que se le quiera dar a la normativa.
Donde no hay lugar a dudas es en los frontones. Esta ley que sacará el humo de todos los bares, restaurantes, salas de fiesta y otros espacios públicos, incluye "instalaciones deportivas o lugares donde se desarrolles espectáculos públicos, siempre que no sean al aire libre".
La lista es larga y a lugares donde el sentido común establece la prohibición, como los sanitarios, se añade otros donde, hasta el día de hoy, se sigue fumando. Así ocurre en centros comerciales, concretamente en algunos bares de estos centros, a los que también afectará la restricción. En las estaciones estará prohibido salvo si existen zonas al aire libre, excepción que no se cumple en el caso de los aeropuertos, donde la restricción será extensible a cualquier área. Llama la atención el artículo relativo al transporte privado, donde estará prohibido fumar en presencia de menores.