vitoria. El temporal de frío llegó ayer a Vitoria con más fuerza de lo que se esperaba. La capital alavesa amaneció tapada por un manto blanco, que fue adquiriendo espesor a medida que avanzaba el día. La nieve causó muchos problemas en las calles. Los peatones caminaban con dificultad, y la circulación fue lenta a causa de los múltiples accidentes de chapa que se produjeron a lo largo de la jornada. Aunque hoy se espera que cesen las precipitaciones, la bajada de temperaturas hace temer que se repitan las heladas que se produjeron hace tan sólo un mes.
Éste es el principal miedo de los vecinos de Vitoria, especialmente el de aquéllos que viven en los barrios menos céntricos de la ciudad. "La capa de hielo que se ha formado en calles como avenida de los Huetos o Paula Montal es considerable porque aquí no han echado sal por la noche, así que si los operarios no vienen pronto, mañana no podremos movernos de aquí", aseguraba Julio Baceiredo, vecino de Sansomendi.
Los ciudadanos tienen todavía muy presente el capítulo vivido el mes pasado, cuando una capa de hielo convirtió Vitoria en un auténtico caos durante casi una semana. Entonces le llovieron las críticas al Ayuntamiento gasteiztarra por no haber destinado más efectivos a la limpieza de las calles y haber permitido que se formara tal capa.
Para evitar que se reproduzca aquella situación, el gobierno municipal puso en marcha ayer por la tarde un dispositivo especial con el fin de "retirar la mayor cantidad de nieve posible" de las calles antes de que se desplomaran las temperaturas. Cerca de 350 personas trabajaron con este objetivo, y se pusieron a disposición de los ciudadanos más de 90 toneladas de sal y palas, mientras el concejal de Seguridad Ciudadana, José Manuel Bully, llamaba a la colaboración ciudadana. "Debemos mejorar el trabajo del episodio anterior, entre todos lo conseguiremos", afirmaba.
Lo cierto es que pese a los esfuerzos, la nieve volvió a complicar ayer la situación de calles y carreteras, especialmente al mediodía, cuando la gente regresaba del trabajo. Incluso en el centro de la ciudad, vías como Manuel Iradier se convirtieron en una auténtica trampa. Especialmente peligroso fue la circulación por túneles y puentes, como el de San Cristóbal, que se tuvo que cerrar el tráfico.
Los autobuses cruzados y los accidentes de chapa complicaron mucho la circulación. "Hemos tardado más de media hora en hacer un trayecto de menos de diez minutos", relataba Irati Martínez, que ayer no tuvo más remedio que coger el coche. Fueron muchos los ciudadanos que optaron por el autobús, aunque la red también sufrió problemas. De hecho, Tuvisa se vio obligada a reforzar las líneas con seis unidades más, tres de ellas para desplazar a los aficionados del Baskonia hasta el Buesa Arena.
En Ariznabarra, Victoriano del Pozo asistía con resignación a un escenario, de nuevo, caótico. "Las salidas de los parkings son una pista de patinaje, y no hay pasos abiertos para peatones; algo normal por otra parte, porque a este barrio llegan siempre con dos días de retraso", se quejaba.
Desde Lakua, Blanca Laespada no daba crédito: "Son las cuatro de la tarde, y acabo de ver el primer quitanieves por Landaverde".