Vitoria. La falta de apoyo económico, agravada por la crisis, ha fulminado a una de las pocas publicaciones mensuales de la capital alavesa que intentaban incrementar la oferta cultural en euskera por todos sus rincones.
Tras más de 17 años en la calle, la revista Geu dice "hasta luego" a sus lectores ante "la situación de inestabilidad econonómica y de funcionamiento" que han hecho inviable la salida de su próximo número.
Aunque más bien se trata de un cierre provisional y no definitivo, ya que su directora, Estitxu Breñas, confía en que en un futuro cercano un proyecto parecido, bajo la misma marca, vea la luz. "Una persona fundamental del equipo se encargará de que con diferente periodicidad y carácter lúdico, ésta se encuentre en los diferentes puntos de la ciudad", según explica Breñas en un comunicado.
Falta de blindaje Geu perdió de forma "irrecuperable" su colchón. La clave de la imposibilidad de continuar es la falta de blindaje, como revela la responsable de esta publicación. Sus anunciantes tenían que salir también de los números rojos a los que la recesión les sumió.
Para ello, decidieron que la inserción de publicidad en este medio era uno de los primeros recortes en hacerse. "Nuestro nivel de autofinanciación se ha reducido hasta en un 50% y con estas cifras no vamos a ningún lado", detalla.
Sin embargo, la "precariedad" de su número de trabajadores era un gran lastre que arrastraba ya desde hacía doce años. La revista llevaba mucho tiempo sin poder ver la luz al final del túnel. Desde que su perfil se profesionalizó, la plantilla se limitó a una única persona, que se encargó prácticamente "en solitario" de todas las labores: redacción, publicidad, suscriptores, comunicación o contabilidad, son sólo algunos ejemplos.
Demasiadas tareas para una persona, un trabajo de "malabares", como confiesa Breñas: "Como mínimo habría sido necesario un equipo de tres personas y de cinco si hablamos de un funcionamiento normal".
La falta de apoyo económico abocó al medio a una dinámica de trabajo basada en el lema de rasca y gana: "En noviembre, anulamos los preparativos para la gala del número especial 200, tampoco éste se pudo publicar, la página web está inactiva y sin posibilidad de renovarla. En estas condiciones es imposible continuar", explica la directora.
Todo ello hizo que el sueño de Geu no se pudiera materializar. "No pudimos desarrollar el perfil profesional ni publicar a color ni que funcionara de forma normal". Impedimentos en todo momento que hicieron ver también el futuro negro. "Después de tocar todo tipo de puertas, después de pasar por diferentes altibajos y fases... lo conseguido en años no es suficiente para continuar", aclara la gerente.
Fiesta de despedida Sin embargo, estos años "muy duros" sirvieron de motivación para la responsable de la publicación cultural. Trabajar con firmeza, con calidad es parte de la huella que Geu dejó impresa este tiempo. Algo que no sólo se limitó a su libro de estilo, sino también al apoyo de su red de suscriptores y clientes de publicidad, de colaboradores fijos y puntuales o de proveedores y participantes en las fiestas y galas de aniversarios. Una de ellas dejó un buen recuerdo del que Breñas quiere quedarse por encima de todas las cosas en esta despedida temporal.
Se trata de la gala que se celebró en el año 2007 en Artium, que aglutinó diferentes disciplinas en el centro: danza, música, literatura y vídeoproyecciones sirvieron para "catar" el euskera. "Se hizo con el estilo de la revista, con fusión, con ánimo y sabor, pluralidad, cercanía y optimismo".
Sólo el tiempo podrá decir si un nuevo número ve la luz con los valores que intentaron siempre transmitir: dirigirse a la cada vez mayor población de vascoparlantes y animar al resto a formar parte también de esta comunidad. De esta manera, se confirmará si se trata de un hasta luego o un adiós definitivo.