Vitoria. Notable en las labores de prevención y aprobado justo en el control de la oferta, la asistencia y la inserción social de las personas drogodependientes. La consejera vasca de Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, dio cuenta ayer ante el Parlamento de Gasteiz de la ejecución del V Plan de Drogodependencias de la CAV, un documento elaborado por el anterior equipo de Gobierno y sobre cuya revisión ya trabaja el nuevo Ejecutivo socialista. Son muchas las conclusiones que pueden extraerse de este extenso trabajo. Una de las más llamativas, que el consumo y la tenencia de drogas en lugares públicos se ha multiplicado en los últimos años, al igual que los expendientes incoados por los distintos cuerpos policiales. Nada menos que 1.346 en toda la comunidad durante 2007, casi cuatro diarios.
Ante esta tesitura, la apuesta del Gobierno vasco pasa por "determinar unos protocolos homologados, tanto para la Ertzaintza como para las policías locales", con el objetivo de coordinar las actuaciones en el ámbito público. No sólo para estrechar el cerco al tráfico de drogas ilegales, sino también para optimizar el control de la venta de alcohol y tabaco a los menores o la seguridad ciudadana en su sentido más amplio.
A pesar de los avances conseguidos en esta materia, existen datos más que preocupantes sobre los hábitos de un número importante de ciudadanos del territorio. Desde el punto de vista epidemiológico, el Plan de Drogodependencias detalla que alrededor de 338.000 personas mantienen en la actualidad en Euskadi algún tipo de consumo "problemático" de drogas legales o ilegales, algo más de un 15% de la población.
Además, cerca de 231.000 personas consumen alcohol de forma excesiva los fines de semana y 34.000 los días laborables, mientras que 62.000 fuman con carácter habitual más de un paquete de cigarrillos diario y otras 65.000 consumen cannabis, también todos los días.
El viceconsejero del ramo, Fernando Fantova, detalló que las sustancias decomisadas varían mucho de un año a otro, aunque los cannábicos son los derivados con más incautaciones "porque son las sustancias ilegales más consumidas". Algo más de la tercera parte de la población vasca, un 33,8%, ha consumido esta sustancia alguna vez en su vida, mientras que un 8,7% lo hizo en el último mes. En segundo lugar se situaría la cocaína, después el speed y finalmente, la heroína. Cabe destacar también que los jóvenes de entre 15 y 19 años "adelantan considerablemente" el consumo de estas dos primeras.
El control de la oferta, todavía cojo según el diagnostico del Gobierno vasco, reúne un conjunto de acciones que limitan y regulan los usos de las sustancias, persiguen y sancionan los usos fraudulentos y el tráfico ilícito y preservan a terceras personas y a los propios usuarios sobre sus efectos. "No sólo comporta medidas policiales y sancionadoras, sino también medidas preventivas y educativas", explicó Fantova. En lo que a las intervenciones policiales respecta, el Plan detalla que los detenidos por tráfico de drogas en la CAV son mayoritariamente autóctonos y africanos, se concentran en varones de 18 a 35 años, y en segundo lugar los de 36 a 50 años. La proporción de mujeres detenidas oscila entre el 5 y el 10% y la de menores, entre el 2 y el 4%.
Reducción de la demanda Uno de los asuntos que más preocupan al actual Ejecutivo no es otro que la sensible pérdida de participación de los escolares en los programas de prevención de drogodependencias desarrollados en los centros educativos. Estos planes de carácter universal, que se desarrollan en la mayoría de localidades vascas, han sufrido un déficit de participación sobre todo en el ámbito de la Educación Primaria, situación que ha generado "una pequeña alarma" en el Departamento dirigido por Gemma Zabaleta.
El viceconsejero Fantova recordó que en el ámbito de la CAV existen 41 centros de tratamiento ambulatorio de toxicomanías o centros de salud mental, una unidad de desintoxicación hospitalaria, ubicado en Galdakao, y ocho comunidades terapéuticas o centros de media estancia para toxicómanos, así como los tres programas de intervención de las cárceles vascas.
A lo largo de 2007, último año de vigencia del Plan de Drogodependencias, se trataron en los servicios especializados de la CAV a un total de 4.269 personas por problemas relacionados con el alcohol, una cifra algo superior a los años anteriores, pero dentro de una tendencia "estable" en el último quinquenio, según certificó Fantova.
Ese mismo año se trató a 7.046 personas por problemas relacionados con toxicomanías no alcohólicas y a otras 2.688 con adicción a opiáceos en los programas de mantenimiento con metadona. Fantova detalló que el volumen de personas atendidas en este programa ha crecido un 178% desde 1995, una circunstancia achacable a que la gran mayoría de las personas con adicción a opiáceos que se iniciaron en el consumo de heroína en las décadas de 80 y 90 están inmersos en él. También en 2007 se dio cobertura a 806 internos de las tres prisiones de la CAV, lo que supone aproximadamente el 48% de la población reclusa total de ese año.
Uno de los "retos" sanitarios a los que se enfrenta la Administración es la prevalencia, cada vez mayor, de patologías duales asociadas al consumo de estupefacientes: adicciones que se suman a las enfermedades de carácter psiquiátrico.