Álava no tiene mucho peso de población en la zona rural en comparación con Gipuzkoa o Bizkaia. ¿La capital tiene que aprender a considerar más a los pueblos?
Estamos en un proceso de crecimiento nuevo, que se ha dado en Vitoria, pero va a cambiar. No le pido que mire al territorio, lo que tiene que aprender es a considerar a su zona rural, que tiene 60 concejos que no tienen transporte, ni garantizado el abastecimiento y la depuración de agua y que se les quiere ordenar como si fuera un plan general de una ciudad cuando un pueblo es un pueblo. Me conformo con que Vitoria mire hacia su zona rural.
Los vecinos de los pueblos, a veces, tienen la sensación de ser ciudadanos de segunda. ¿Cómo se cambia esto?
No creo que sea así. Que queramos que tengan la misma calidad de vida y oportunidades no significa que se sientan ciudadanos de segunda. Díle a alguno que se cambie a vivir de su pueblo a Vitoria. No va a querer. No es un concepto de que estén mal, sino de que el pueblo donde vivo es el mejor del mundo. Saben perfectamente que El Corte Inglés no va a estar en un sitio de 50 habitantes, pero la cuestión es garantizar los servicios básicos.
Uno de los compromisos electorales fue el equilibrio territorial precisamente. ¿Cuáles son los proyectos que tiene para avanzar en este sentido?
Hicimos un programa de obras nuevas que ha valido para generar proyectos en 200 pueblos. En una entidad de 20 habitantes, una obra de cinco millones de pesetas es como una de cinco millones de euros en Vitoria, generas un gran impacto y solucionas sus problemas. Hemos intentado dar respuesta a todas las entidades locales independientemente de su tamaño. Ahora vamos a intentar con el fondo complementario seguir colaborando en esta situación y daremos una segunda parte del plan foral hasta final de año. El ejercicio que viene, además de los problemas que tengo establecidos, trataremos alguno más, sobre todo en juntas administrativas. Puede ser una gran legislatura para las entidades menores porque les hemos incorporado a la comisión de Urbanismo, al Consejo Territorial de Finanzas con voto, hemos hecho muchas obras menores que hemos complementado hasta el 100% dos años seguidos. Tenemos una preocupación y un querer que se hagan inversiones en los pueblos.
¿Qué problemas detecta en las localidades alavesas?
Dependiendo de la zonas. Hay pueblos con una necesidad de infraestructura, como una sala de concejos polivalente, bastantes no tienen completado el ciclo del agua. Luego, hay áreas que tienen una dispersión mayor como en Rioja Alavesa, que sólo hay cuatro juntas administrativas en 15 ayuntamientos, algo que en otros lugares tiene sólo un pueblo. El desgaste de recursos para llegar a pueblos tan dispersos y tan poca población es complicado. Debemos darles todos los servicios posibles a cada cabecera en una primera fase para que, a nivel municipal, cubra el territorio correctamente. Que los servicios se puedan mancomunar en las cuadrillas también es bueno porque les produce menos costos.
¿Cómo se solucionan los problemas de financiación en esos sitios tan pequeños?
No es un problema de financiación porque está garantizada con las medidas que hemos puesto ante la caída de recaudación. Los conflictos que pueden tener son para generar sus inversiones porque igual no pueden ahorrar como antes. Eso lo supliremos con el fondo complementario y con la idea de que todas las entidades locales reciban el 90% de subvención en esas infraestructuras. Uno de los escollos que hay es ser capaces de invertir todo el dinero que ponemos en el Presupuesto. Por eso estamos trabajando en el departamento para intentar mejorar y que cada vez se ejecute más dinero.