Una de las actividades de nuestra vida cotidiana con mayor impacto medioambiental es el aseo personal. Hablemos en cifras. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que, para 2050, habrá más plástico que peces en los océanos. Este material tarda un promedio de entre 100 y 1000 años en degradarse. En el caso de las compresas y los tampones, este dato sube a los 800 y 300 años, respectivamente. La industria cosmética genera anualmente 120.000 millones de envases al año que no se reciclan. En un contexto que promueve el principio de 'usar y tirar', el consumismo desenfrenado y la acumulación de productos artificiales en el armario, apoya el minimalismo, la naturalidad y la versatilidad.

1. Cepillo de dientes de bambú

Al estar fabricado con la madera de una planta de rápido crecimiento y fácil descomposición, sus desechos desaparecen en menos de un año.

También es vegano y está libre de componentes químicos o ingredientes de origen animal. Está dotado de propiedades antimicóticas naturales que ayudan a eliminar todo tipo de hongos y bacterias.

Las fibras llevan materiales biodegradables como el carbón (en lugar de plástico o nylon), lo que garantiza que sean tan resistentes como las de un cepillo eléctrico o convencional.En el mercado podrás encontrar modelos con diseño ergonómico y a precios asequibles.2. Desodorante natural

Sin perfumes artificiales, aluminio, sulfatos o alcohol que causen irritación y sequedad en aquellas personas de piel sensible; solo aceites esenciales e ingredientes naturales. Otro de sus puntos fuertes es el envase en el que se comercializa, que suele estar hecho de cartón 100% reciclable. En cuanto a su eficacia, no tendrás que preocuparte en absoluto: los efectos de prevención y neutralización del olor resisten al paso de las horas sin bloquear la sudoración normal del cuerpo.

3. Champú sólido o en pastilla

Todo un descubrimiento de la cosmética sostenible. Su fórmula se basa en aceites esenciales, glicerinas, extractos de plantas y frutos y semillas de origen vegetal; todos ellos elementos respetuosos con el cuero cabelludo. Es el resultado de un proceso productivo ético y ecológico que no perpetra la crueldad animal.

Respecto a su coste, está comprobado que invertir en un champú en pastilla sale rentable a largo plazo. Sí, has leído bien: dado que contiene principios activos altamente concentrados y cantidades mínimas de agua, puede durar hasta tres veces más que el champú líquido (compuesto principalmente de agua). Esto se traduce en menor consumo y mayor ahorro económico, así como la reducción de las emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero derivadas de la elaboración y transporte de este producto.

Ten en cuenta esta alternativa si te vas de viaje: apenas abulta en tu maleta y podrás subirlo a un avión sin ningún inconveniente. De hecho, muchos de estos champús son versátiles y sirven para uso facial y corporal, más allá del capilar.

4. Copas menstruales

Este pequeño recipiente ha revolucionado el sector de la higiene femenina y le ha ganado terreno a los clásicos tampones y compresas. Es flexible, ecológica y reutilizable, y puede aguantar hasta 12 horas sin desbordarse.

Su material hipoalergénico evita que se produzcan alergias o reacciones en el cuerpo de quien la lleva, además de que no conlleva ningún riesgo de padecer la enfermedad del Síndrome del Shock Tóxico (TSS) relacionada con el uso diario de tampones.

Disponible en varias tallas (según tamaño y capacidad), por lo que podrás escoger la que más se adapte a ti. Las de talla pequeña están pensadas para mujeres menores de 25 años sin hijos o para aquellas que hayan vivido un parto por cesárea; mientras que las más grandes son idóneas para mujeres que hayan parido de forma natural o tengan más de 25 años.

Cómoda de colocar y de enjuagar. Y si la cuidas un mínimo, podrás alargar su uso una década. Para poner este dato en perspectiva, calcula cuántas compresas y tampones gastarías durante esos años... Impresionante, ¿verdad?

5. Discos desmaquillantes reutilizables

Se acabaron las excusas para no darles carpetazo a las toallitas y pasarte de una vez a los discos de algodón orgánico. Están hechos de un material resistente e hipoalergénico, capaz de retirar la mayor parte de los restos de maquillaje con un solo disco.

Muchas de ellas cumplen su función sin necesidad de añadir leche limpiadora, por lo que también minimizas tu consumo de cosméticos. Después de varios usos, lava el disco a mano o échalo a la lavadora con el resto de tu ropa. Tu bolsillo notará el ahorro, y el medioambiente agradecerá tu compromiso con la reducción de residuos.

6. Oriculi o limpiador de oídos

Instrumento originario de China y Japón que se ha popularizado en diversos países como sustituto de los bastoncillos convencionales. A diferencia de estos, el oriculi previene la formación de tapones en los oídos. ¿Ventajas?

Es barato, ecológico y vegano; y, aparte, carece de plástico y lo puedes aprovechar de por vida. Utilízalo una o dos veces a la semana para quitar el cerumen visible en la entrada del oído y nunca lo insertes en el canal auditivo (¡puedes dañar el tímpano!). Después, lávalo con agua y jabón o retira la cera restante con una toallita reutilizable.

7. Maquinilla de afeitar reutilizable

En el mundo, se tiran cada año 2.000 millones de cuchillas de afeitar de un solo uso. Una razón indiscutible para decidirte a prescindir de las cuchillas de plástico.

Este modelo de maquinilla es seguro, preciso y duradero, también apto para piernas y axilas. Cuando la hoja de afeitar se haya desgastado, gira la base del mango para que se abra el cabezal y reemplázala por una nueva.