Atención pediátrica desde la infancia hasta los 14 años, sin dejar a nadie atrás

El hijo de Lur tiene apenas un mes de vida, pero ya le conocen muy bien Itziar Echevarría, su pediatra, y Miren Crespo, su enfermera, en el Centro de Salud de Olárizu, en Vitoria-Gasteiz. Allí ha iniciado un seguimiento que se mantendrá hasta los 14 años. Y es que, además de las típicas citas de los primeros años, el calendario de vacunas y las consultas por enfermedades, hay otro tipo de seguimiento igual de importante. Uno que arranca a los seis años y donde un simple SMS ha demostrado tener un impacto notable.

Emilio Aparicio, pediatra y uno de los artífices del Programa de Salud Infantil (PSI) de Osakidetza, explica que detectaron que, a partir de los 6 años, un porcentaje importante de menores dejaban de acudir a revisión de los 6, 8, 10 o 13 años de edad. “En marzo de 2024 pusimos en marcha el envío de un SMS para recordar a los padres que estas revisiones son importantes”. La primera evaluación del programa muestra un aumento del 25 % de citas para consultas: 14.000 menores más atendidos.

Pero, ¿Cómo de importantes son estas revisiones? “No son como las consultas por enfermedades,” explica Itziar. “Normalmente las revisiones duran unos 40 minutos, 20 con enfermería y 20 minutos con pediatra. Trabajamos en equipo para conocer el desarrollo del menor y detectar posibles carencias familiares antes de que deriven en un problema de salud”.

Esas señales de alarma pueden ir desde un problema de visión o audición, caries en la infancia, problemas de desarrollo motor o cognitivo, obesidad, la hipertensión y colesterol alto o la depresión en jóvenes. “Algunas pruebas se reservan para menores con factores de riesgo”, explica Miren. “Si los progenitores tienen una celiaquía o problema de tiroides, por ejemplo, entonces se hace una prueba al menor”.

Las revisiones permiten crear una relación de confianza entre personal sanitario y los progenitores. Los padres y madres puedan consultar cualquier duda que tengan sobre el desarrollo y la salud de sus hijos, desde los hábitos de alimentación —donde la labor de enfermería es fundamental—, la calidad del sueño, a pruebas de visión y audición, ronquidos por la noche, control de peso, etc.

“Muchas veces los padres no dan importancia a ciertas cosas que nosotras sí damos”, explica Itziar. Lur pone un ejemplo propio con su hijo mayor, Aiur. “Empezó a roncar por la noche y pensamos que era por un resfriado, no le dimos importancia hasta que lo comenté con Itziar y nos mandó a la Unidad del Sueño. Tenía una ligera apnea que se ha podido solucionar”.

Más allá de los olvidos —algo normal entre muchas familias—, también hay un componente cultural a tener en cuenta: algunas familias no tienen costumbre de ir al médico. Y en algunos casos si se espera demasiado, como por ejemplo un ojo vago, ya es demasiado tarde para corregirlo. De ahí la importancia del recordatorio por SMS.

 El PSI detecta cuando un menor no ha acudido a su revisión. Se da un plazo de 6 meses y, si pasado ese tiempo, todavía no ha solicitado cita, se manda el SMS. Un breve recordatorio que anima a solicitar cita. 

Pero hay un detalle importante: tanto Itziar como Miren recalcan que la cita se debe pedir por teléfono o de manera presencial. “No es una consulta normal de 10 minutos”, explica Itziar. “Se ha de llamar al ambulatorio y pedir la cita de revisión que toque al menor”.

Con un coste casi ínfimo, estos SMS pueden marcar la diferencia en la salud de los menores. Este pequeño gesto ya ha permitido recuperar miles de revisiones infantiles clave para prevenir a tiempo problemas de salud. No se trata solo de tecnología: se trata de recordar a las familias que hay un equipo sanitario en Osakidetza comprometido con el bienestar de sus hijos, también en etapas donde los controles no son tan visibles ni urgentes. 

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