A falta de unos días para su 79 cumpleaños, Antonia Solís se declara superpositiva y valiente. Con una insuficiencia cardiaca y diabetes, entre otros problemas, es una paciente pluripatológica y dependiente, que necesita de un seguimiento sanitario casi diario. “Pero aquí voy a estar, por muchos años”, afirma vital.
“Espero ver casados a mis nietos. Ya les he dicho que voy a ir a la boda”, dice esta vecina de Astrabudua, custodiada por sus dos ángeles de la guarda, Sara García, enfermera de Prácticas Avanzadas de OSI Uribe, y Carlos Fernández, enfermero del Centro de Salud de Astrabudua.
Atención Primaria: Enfermería de Prácticas Avanzadas en cronicidad
Markel Fernández
A falta de unos días para su 79 cumpleaños, Antonia Solís se declara superpositiva y valiente. Con una insuficiencia cardiaca y diabetes, entre otros problemas, es una paciente pluripatológica y dependiente, que necesita de un seguimiento sanitario casi diario. “Pero aquí voy a estar, por muchos años”, afirma vital.
“Espero ver casados a mis nietos. Ya les he dicho que voy a ir a la boda”, dice esta vecina de Astrabudua, custodiada por sus dos ángeles de la guarda, Sara García, enfermera de Prácticas Avanzadas de OSI Uribe, y Carlos Fernández, enfermero del Centro de Salud de Astrabudua.
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A falta de unos días para su 79 cumpleaños, Antonia Solís se declara superpositiva y valiente. Con una insuficiencia cardiaca y diabetes, entre otros problemas, es una paciente pluripatológica y dependiente, que necesita de un seguimiento sanitario casi diario. “Pero aquí voy a estar, por muchos años”, afirma vital.
“Espero ver casados a mis nietos. Ya les he dicho que voy a ir a la boda”, dice esta vecina de Astrabudua, custodiada por sus dos ángeles de la guarda, Sara García, enfermera de Prácticas Avanzadas de OSI Uribe, y Carlos Fernández, enfermero del Centro de Salud de Astrabudua.
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Markel Fernández
A falta de unos días para su 79 cumpleaños, Antonia Solís se declara superpositiva y valiente. Con una insuficiencia cardiaca y diabetes, entre otros problemas, es una paciente pluripatológica y dependiente, que necesita de un seguimiento sanitario casi diario. “Pero aquí voy a estar, por muchos años”, afirma vital.
“Espero ver casados a mis nietos. Ya les he dicho que voy a ir a la boda”, dice esta vecina de Astrabudua, custodiada por sus dos ángeles de la guarda, Sara García, enfermera de Prácticas Avanzadas de OSI Uribe, y Carlos Fernández, enfermero del Centro de Salud de Astrabudua.
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A falta de unos días para su 79 cumpleaños, Antonia Solís se declara superpositiva y valiente. Con una insuficiencia cardiaca y diabetes, entre otros problemas, es una paciente pluripatológica y dependiente, que necesita de un seguimiento sanitario casi diario. “Pero aquí voy a estar, por muchos años”, afirma vital.
“Espero ver casados a mis nietos. Ya les he dicho que voy a ir a la boda”, dice esta vecina de Astrabudua, custodiada por sus dos ángeles de la guarda, Sara García, enfermera de Prácticas Avanzadas de OSI Uribe, y Carlos Fernández, enfermero del Centro de Salud de Astrabudua.
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A falta de unos días para su 79 cumpleaños, Antonia Solís se declara superpositiva y valiente. Con una insuficiencia cardiaca y diabetes, entre otros problemas, es una paciente pluripatológica y dependiente, que necesita de un seguimiento sanitario casi diario. “Pero aquí voy a estar, por muchos años”, afirma vital.
“Espero ver casados a mis nietos. Ya les he dicho que voy a ir a la boda”, dice esta vecina de Astrabudua, custodiada por sus dos ángeles de la guarda, Sara García, enfermera de Prácticas Avanzadas de OSI Uribe, y Carlos Fernández, enfermero del Centro de Salud de Astrabudua.
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A falta de unos días para su 79 cumpleaños, Antonia Solís se declara superpositiva y valiente. Con una insuficiencia cardiaca y diabetes, entre otros problemas, es una paciente pluripatológica y dependiente, que necesita de un seguimiento sanitario casi diario. “Pero aquí voy a estar, por muchos años”, afirma vital.
“Espero ver casados a mis nietos. Ya les he dicho que voy a ir a la boda”, dice esta vecina de Astrabudua, custodiada por sus dos ángeles de la guarda, Sara García, enfermera de Prácticas Avanzadas de OSI Uribe, y Carlos Fernández, enfermero del Centro de Salud de Astrabudua.
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A falta de unos días para su 79 cumpleaños, Antonia Solís se declara superpositiva y valiente. Con una insuficiencia cardiaca y diabetes, entre otros problemas, es una paciente pluripatológica y dependiente, que necesita de un seguimiento sanitario casi diario. “Pero aquí voy a estar, por muchos años”, afirma vital.
“Espero ver casados a mis nietos. Ya les he dicho que voy a ir a la boda”, dice esta vecina de Astrabudua, custodiada por sus dos ángeles de la guarda, Sara García, enfermera de Prácticas Avanzadas de OSI Uribe, y Carlos Fernández, enfermero del Centro de Salud de Astrabudua.
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A falta de unos días para su 79 cumpleaños, Antonia Solís se declara superpositiva y valiente. Con una insuficiencia cardiaca y diabetes, entre otros problemas, es una paciente pluripatológica y dependiente, que necesita de un seguimiento sanitario casi diario. “Pero aquí voy a estar, por muchos años”, afirma vital.
“Espero ver casados a mis nietos. Ya les he dicho que voy a ir a la boda”, dice esta vecina de Astrabudua, custodiada por sus dos ángeles de la guarda, Sara García, enfermera de Prácticas Avanzadas de OSI Uribe, y Carlos Fernández, enfermero del Centro de Salud de Astrabudua.
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A falta de unos días para su 79 cumpleaños, Antonia Solís se declara superpositiva y valiente. Con una insuficiencia cardiaca y diabetes, entre otros problemas, es una paciente pluripatológica y dependiente, que necesita de un seguimiento sanitario casi diario. “Pero aquí voy a estar, por muchos años”, afirma vital.
“Espero ver casados a mis nietos. Ya les he dicho que voy a ir a la boda”, dice esta vecina de Astrabudua, custodiada por sus dos ángeles de la guarda, Sara García, enfermera de Prácticas Avanzadas de OSI Uribe, y Carlos Fernández, enfermero del Centro de Salud de Astrabudua.
A falta de unos días para su 79 cumpleaños, Antonia Solís se declara superpositiva y valiente. Con una insuficiencia cardiaca y diabetes, entre otros problemas, es una paciente pluripatológica y dependiente, que necesita de un seguimiento sanitario casi diario. “Pero aquí voy a estar, por muchos años”, afirma vital.
“Espero ver casados a mis nietos. Ya les he dicho que voy a ir a la boda”, dice esta vecina de Astrabudua, custodiada por sus dos ángeles de la guarda, Sara García, enfermera de Prácticas Avanzadas de OSI Uribe, y Carlos Fernández, enfermero del Centro de Salud de Astrabudua.