Cecilia Martí y Eva Bach muestran que el odio, el dolor, el miedo y todas las emociones encontradas e hirientes de las separaciones pueden ser encauzadas a través de comprensiones y perspectivas que las hagan más fáciles y llevaderas, y a su vez, nos abren caminos para orientar las rupturas en la dirección del amor, del bienestar y del crecimiento.

QUIÉNES SON

Eva Bach Cobacho (Manresa, 1963). Licenciada en Ciencias de la Educación por la Universidad de Barcelona. Maestra, terapeuta y orientadora familiar, asesora pedagógica, formadora de formadores y madre de dos hijos. Es autora de diversos libros, entre ellos La asertividad, Adolescentes, y Cómo cuidar la salud emocional.

Cecilia Martí (Murcia, 1950). Es maestra, especialista universitaria en Orientación y Mediación Familiar, terapeuta en Constelaciones Familiares, diplomada en Pedagogía Sistémica y máster en Psicoterapia Humanista. Es coautora de Lo más cerca posible, Bases para una educación afectiva y sexual sana, y El divorcio que nos une, con Eva Bach.

Como dice su título, ¿cómo es posible un divorcio que una?

Nosotras decimos que el divorcio une a los padres mirando a los hijos; se separa la pareja, que es la que deja de convivir. No es fácil, pero tampoco es imposible el que se pueda hacer bien. Nosotras reconocemos que en la etapa en que la pareja se separa va a haber una serie de emociones, lógicamente, de dolor, de enfado, de culpa; se moverá un mundo interno emocional muy profundo, tanto para el que abandona como para el que se queda. También si los dos han decidido separarse de mutuo acuerdo va a existir ese movimiento emocional. Pero no tenemos que quedarnos ahí, tenemos que vivirlo, reconocerlo y trascender a ello. Es un proceso de crecimiento también; de darnos cuenta de que después de ese divorcio hemos aprendido muchas cosas. Tampoco sabemos que ese proceso o etapa del duelo va a estar ahí en medio de esta separación, pero cuando se hace desde una mirada del alma, del corazón, adulta y se mira hacia los hijos todo eso queda relegado, no tapado, hacia un lado que luego se podrá trabajar. 

En el divorcio y las separaciones, ¿qué deja rastro más doloroso: la hipoteca, los hijos o simplemente el desamor?

Al separarse la pareja, no solamente se separan dos personas, sino que se abandona todo un proyecto. Cuando hemos decidido casarnos en un momento dado, hemos hecho un proyecto de pareja, de vida para compartir con otra persona. Lógicamente el dolor es porque ese proyecto que habíamos imaginado se rompe, aunque muchas veces no es ni siquiera compartido con el otro, a veces es individual de cada persona.

"Lo que mantiene a una pareja unida, aparte del amor, son los valores compartidos”

¿Cuál es el dolor más intenso?

Cuando se deja a los hijos y cuando hay que decírselo; aparece la sensación de ahora qué vamos a hacer con ellos. Por otro lado, la hipoteca a veces, desgraciadamente, une. Hay parejas que dicen que no se pueden separar porque tienen una hipoteca de diez años, están encadenados. La tienen que pagar juntos, porque individualmente no pueden, pero hay que buscar otros recursos, por eso hay que sentarse tantas veces para ver cómo se separan de la mejor manera posible. Porque quedarse en pareja por pagar una hipoteca es muy triste.

Las anteriores generaciones han sido educadas en aguantar un poco más, replanteárselo...

Las que tenemos cierta edad venimos de una generación en que no se separaba nadie; mis abuelos y mis padres nunca lo hicieron. Había algún caso, pero en mi entorno no hubo ningún divorcio ni separación; todos hicieron toda la vida juntos.  

La portada del libro.

La portada del libro.

¿Es mejor una buena separación que una mala convivencia?

Sí, lo mejor es que una pareja se divorcie de forma consciente, que hablen, pidan ayuda y que no lo hagan precipitadamente. Cuando ven que la situación es insostenible porque se llega a la falta de respeto, a ese desamor, es mejor dejarlo.

¿Es posible que estemos trivializando el divorcio?

Es posible que, a veces, se vea como algo natural, como algo que todo el mundo hace, algo fácil de llevar a cabo, porque ahora cuesta mucho menos. Antiguamente, antes de acceder a un divorcio tenías que hacer una separación; se precisaba un año de vida separada. El objetivo era que durante ese año se pensase si realmente se quería dar ese paso. Ahora no, un divorcio se puede hacer por internet. El propósito es que si algún día, por alguna razón, uno de los dos o los dos deciden que no quieren seguir, que hagan la separación desde ese amor que se inició la relación. 

"Es mejor una separación que una mala convivencia, en la que se puede llegar a la falta de respeto”

La hipoteca, el dónde se va uno o el otro a vivir, las relaciones con las familias… son muy secundarias a las secuelas que dejan en los hijos. ¿Seguir viviendo juntos sería mejor o peor para ellos?

Seguir viviendo juntos, si no está bien la relación, no vale la pena porque los hijos van a sufrir más cuando vean esas discusiones. Cuando deciden que se van a separar hay que hablarlo entre los adultos. El modo de resolver el tema de la vivienda es muy importante; hay personas que tienen dos y es más fácil, pero hay que decidir cómo se les hará menos daño a los hijos. Ver si es mejor que se queden en la vivienda que conocen, si van a optar por una custodia compartida o exclusiva. Cuando no hay esas dos viviendas, uno de los dos sale de la vivienda familiar y tiene que alquilar, comprar o, en muchas ocasiones, vuelve a casa de los padres. Es un problema muy difícil para uno de los miembros de la pareja.

¿A quién recomendaría más la lectura de este libro?

Sobre todo a quienes están pensando en hacer separaciones y no saben cómo hacerlo. Nosotros les orientamos cómo hacerlo de mutuo acuerdo para que los hijos lo vivan mucho más amorosamente. Es una forma de decir a los hijos: os seguimos queriendo aunque nos separemos. Pero es un libro dirigido a todas las parejas, aunque muchas de ellas no cumplan estos requisitos, porque tienen buena comunicación, respeto. Incluso no es solo para personas que están pensando separarse, sino para personas que quieren vivir juntos, pero que les falta información sobre cómo hacerlo mejor para no llegar a la separación.  

¿No podría resultar que leyendo su libro muchos decidieran simplemente no casarse?

Muchas parejas nos comentan tras leer el libro que si hubieran sabido todo lo que comentamos no se hubieran casado. Pero no, no decimos que la pareja no tiene futuro, ni que la familia se va a romper. El psiquiatra Rojas Marcos en 2005 comentaba que a partir de 2020 casi el 80% de las parejas, ya antes de casarse, se irían separando. Con una tendría los hijos, con otra haría proyectos, con otra la formación personal; que iban a tener cuatro o cinco parejas formales a lo largo de la vida. Cada día recibo en la consulta más parejas que nos dicen que han convivido con tres o cuatro y que quieren que sea la última. Por eso miramos con ellas qué cosas hay que hacer diferentes para que cada relación no sea un fracaso, porque realmente con cada pareja se aprende. Si lo miramos bien, se vive de forma diferente y vamos siendo un poco más sabios; sabemos lo que hemos hecho y lo que no tenemos que repetir; es un proceso de crecimiento y aprendizaje.