El tiroides es una glándula situada en la cara anterior del cuello cuya función fundamental es la producción de hormonas tiroideas. Estas hormonas, llamadas 'T4' y 'T3', activan múltiples procesos metabólicos, de manera que su deficiencia provoca una disminución generalizada de la funcionalidad del organismo.
Así lo explica en una entrevista con Infosalus el doctor Javier Santamaría, del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Cruces (Bizkaia) y miembro del Área de Conocimiento del Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), quien aclara también que la disminución de la producción de hormonas tiroideas es una situación clínica denominada 'hipotiroidismo', que puede originarse por múltiples causas: Extirpación quirúrgica de la glándula por bocios o tumores, tratamientos con Iodo radiactivo, entre otras.
"Sin embargo, la causa más común es su atrofia progresiva por producción de anticuerpos contra la propia glándula", aprecia. Ahora bien, el experto reseña que el hipotiroidismo es un cuadro clínico "muy frecuente", y se estima que alrededor de un 4% de la población lo padece. "Un porcentaje que va aumentando con la edad, de forma que hasta un 15% de los ancianos presenta una hipofunción tiroidea en mayor o menor grado. El hipotiroidismo es especialmente frecuente en las mujeres, duplicándose su frecuencia respecto a los hombres", agrega.
Es más, el doctor Santamaría señala que en las personas de edad avanzada el hipotiroidismo no sólo es muy frecuente, sino que además plantea más dificultades diagnósticas: "Al ser su sintomatología inespecífica, básicamente decaimiento general y disminución generalizada de todas las funciones del organismo, estos síntomas se solapan con los del envejecimiento normal, por lo que con frecuencia pasan desapercibidos en el paciente mayor. En consecuencia, el hipotiroidismo no se diagnostica y el anciano no se beneficia de la mejoría del estado general que supone su tratamiento".
Eso sí, el miembro de la SEEN advierte de que los síntomas del hipotiroidismo son "muy inespecíficos los más habituales", por lo que tendrían que levantar sospecha de su posibilidad un cansancio inexplicado, estreñimiento, sensación de frío, pérdida de memoria e hiposudoración y sequedad cutánea. "Dado que la mayoría de las personas ancianas pueden presentar alguno de estos síntomas es recomendable realizar pruebas de función tiroidea de forma periódica a partir de cierta edad", añade el doctor.
Un motivo adicional para realizar despistaje de disfunción tiroidea, según apunta el miembro del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Cruces (Bizkaia) es que éste se puede realizar de forma muy sencilla, con una simple determinación analítica.
"Lo que se mide no son las propias hormonas tiroideas (T4 y T3) sino una sustancia que produce el organismo para regular la función del tiroides, que es la TSH. El motivo es que el rango de normalidad de la T4 y T3 es relativamente amplio, y antes de que éstas se sitúen por debajo del límite de la normalidad, simplemente porque empiecen a bajar, el organismo detecta esta disminución del nivel de T4 y T3 y aumenta la producción de TSH para intentar frenar esta caída. De esta forma se puede detectar la aparición de un hipotiroidismo en sus inicios, incluso antes de causar sintomatología evidente", agrega el especialista en Endocrinología.
De la misma forma que el diagnóstico del hipotiroidismo es rápido y sencillo, también lo es su tratamiento, según afirma: "Consiste simplemente en administrar la sustancia que el tiroides no produce, las hormonas tiroideas. La administración se hace por vía oral y lo que se administra son comprimidos de T4 a dosis variables, según el grado de hipotiroidismo que presente cada persona".
Un punto importante a tener en cuenta sobre su administración, según señala, es que la toma de la hormona tiroidea debe efectuarse con el estómago vacío, dado que la presencia de alimentos en el estómago puede dificultar su absorción, por lo que, en general, se recomienda una toma única a primera hora de la mañana, media hora antes de desayunar.
Con todo ello, el doctor Santamaría destaca que el tratamiento con hormonas tiroideas no tiene ningún efecto secundario, siempre que la dosis sea la correcta, y es compatible con cualquier otro tratamiento dietético o medicamentoso. "Para asegurarse de que la dosis de hormona tiroidea sea la correcta, su médico le realizará periódicamente analítica para comprobar que el nivel de hormonas tiroideas en sangre permanece normal", subraya.
Con todo ello, el miembro del Área de Conocimiento del Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) resalta que el hipotiroidismo en personas de edad avanzada, y especialmente en mujeres, es muy frecuente, siendo su sintomatología muy parecida a la del envejecimiento fisiológico, por lo que su diagnóstico y tratamiento son sencillos. "El principal obstáculo para su detección se sitúa en tener en cuenta esta posibilidad, dado que la persona de edad suele presentar otras patologías que parecen justificar el decaimiento de su estado general", concluye Santamaría.