Cada vez con más frecuencia escuchamos en nuestro entorno las palabras radioterapia y quimioterapia. Por ello conviene conocer su repercusión a nivel oral cuando se aplican en regiones oro-faciales.

Actualmente la radioterapia se usa como tratamiento del cáncer sola o en combinación con la quimioterapia, la cirugía o ambas. Si se aplican en la región cervico-facial, podrían dar lugar a complicaciones inmediatas y a medio-largo plazo. Es importante incidir en que la mayoría de ellas son eficazmente tratables. Entre ellas podemos encontrarnos con las siguientes:

La mucositis o estomatitis es la inflamación de las mucosas y es junto con las úlceras orales la problemática más frecuente de la radioterapia oro-facial. Suelen aparecer entre los 8-15 días de inicio del tratamiento y se caracteriza por dolor en boca, infección y sangrado.

Suelen ser reversibles tras 21 días aproximadamente de su finalización.

La xerostomía o sensación de boca seca con frecuente disminución de la cantidad de saliva es muy habitual en estos tratamientos oncológicos. A veces aparece una sensación de gusto metálico y dificultad en la masticación y en el habla. Al disminuir la cantidad de saliva, aumentarán los gérmenes productores de caries, por lo que deberemos mantener bien lubricada la cavidad oral y evitar las infecciones por hongos y caries dental.

Para paliar los síntomas, deberán cepillarse con cepillos de cerdas suaves, mínimo tres veces al día, con pastas de dientes fluoradas, seguidos de enjuagues de agua con sal o con bicarbonato. Para reducir las molestias, pueden combinarse también con enjuagues de lidocaína cada seis horas (anestésico ) y de nistatina ( antifúngico ). Deberán evitarse enjuagues con alcohol, comidas picantes, ácidas y con mucho azúcar. También debe evitarse el consumo de tabaco y alcohol. Es necesario lubricar bien la boca y mantenerla húmeda todo el día, usando vaselinas o chicles sin azúcar por ejemplo.

El trismo o dificultad en la apertura de la boca suele aparecer tras 3-6 meses post-radioterapia y es normalmente consecuencia de una fibrosis de los músculos masticatorios.

Cuando es muy grave, impide la correcta higiene y dificulta la ingesta de alimentos. Se podrán mitigar los síntomas con analgésicos, antiinflamatorios, relajantes musculares, aplicando calor local o incluso con tratamiento quirúrgico.

La osterorradionecrosis, o zona ósea que no cicatriza correctamente y se queda expuesta a la cavidad oral más de tres meses, podría aparecer entre el segundo y quinto mes del tratamiento con radioterapia oro-facial. Se acompañará de celulitis, supuración, olor fétido, dolor pulsátil, hueso expuesto, hemorragias y en ocasiones fracturas patológicas. El tratamiento de este efecto secundario dependerá del grado de afectación ósea que presente.

Por último, las caries dentales suelen aparecer con mucha frecuencia de forma repentina y no son consecuencia directa de la irradiación de las piezas dentarias, sino por la lesión de las glándulas salivales. Las caries aparecerán sobre todo en las caras labiales y linguales de los dientes, así como en las cúspides (puntas) de las muelas. Aparecerán a partir de los tres meses de iniciarse la radioterapia y aunque son lesiones irreversibles, mediante una meticulosa higiene oral y usando pastas fluoradas, podría prevenirse su aparición.

Lo ideal es acudir al odontólogo antes de comenzar el tratamiento para revisar cuidadosamente su estado de salud oral y poder realizar los tratamientos necesarios previo inicio de la radioterapia o quimioterapia. Sin embargo lo más habitual es encontrarse con estas situaciones durante o después del tratamiento oncológico. Recuerden que mantener una cavidad oral sana puede mejorar enormemente nuestra calidad de vida.