La situación en Venezuela, tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, que el régimen de Nicolás Maduro reclama haber ganado sin verificar el escrutinio y la oposición reivindica en base a las actas oficiales que obran en su poder, tampoco es marco de cooperación entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el PP.

La comparecencia este martes en el Senado del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se convirtió en un cruce de reproches en el que el PP acusó a Pedro Sánchez de prolongar un silencio cómplice con el régimen y el PSOE denunció el viaje de una delegación del PP al país caribeño aunque carecía de visado y fueron repatriados de inmediato.

En palabras del senador del PSOE Rafael Lamús, “la foto del viaje era toda una declaración de intenciones: el señor Tellado y la marquesa de Casa Fuerte, la señora diputada Cayetana Álvarez de Toledo, liderando una comitiva que parecía más una empresa de desocupación que un grupo de visita oficial”.

Antes, la portavoz del PP en el Senado, Alicia García, preguntaba “¿Qué le debe Sánchez a Maduro?” y condicionaba un pacto de todos los partidos en defensa de la democracia a que el ministro reconociera la victoria opositora en las elecciones.

Sin embargo, Albares respondió que cualquier gesto del Gobierno español será fruto de un consenso con otros socios, porque no se trata de ”una carrera para ver quién llega verbalmente más lejos en sus demandas con cero eficacia, sino de ser eficaces en nuestro apoyo a la democracia en Venezuela”. Sí confirmó contactos tanto con su homólogo venezolano y con representantes de la oposición y ponderó la actuación “privada” de José Luis Rodríguez Zapatero, muy criticada por el PP.