La ejecutiva de ERC permanece reunida para analizar los avances en las negociaciones con el PSC para la investidura de Salvador Illa, "encalladas" en las últimas horas al reclamar los republicanos "garantías" de que lo que se pacte se cumpla aunque aterrice en Moncloa un Ejecutivo que no sea socialista.

La reunión de la ejecutiva nacional de ERC ha comenzado a las 09.30 horas y dos horas después sus miembros han hecho una pausa, tras la que se ha retomado el debate. La formación ofrece habitualmente los lunes una rueda de prensa a las 12.30 horas, pero fuentes del partido han explicado que prevén que hoy se retrase hasta la tarde.

Fuentes de las negociaciones consultadas por EFE antes de que tuviera lugar el inicio del encuentro han explicado que las conversaciones permanecen "encalladas" en las últimas horas al temer los republicanos que lo que se pacte en materia de financiación quede en papel mojado si cae en los próximos meses el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

En las últimas horas se han pronunciado en redes sociales dos voces relevantes: la diputada en el Congreso Pilar Vallugera mediante un escueto "no", que luego ha confirmado que se refiere a que no quiere que los republicanos hagan president a Illa, y el senador Joan Queralt con un escrito con el que ha dado a entender que es partidario del acuerdo.

En cualquier caso, las bases de ERC, compuestas por unos 8.700 militantes, deberían validar en última instancia el acuerdo mediante una consulta telemática.

Ya desde que sufrieran un severo revés electoral el pasado 12 de mayo -pasaron de 33 a 20 escaños-, los republicanos han fijado cuatro "carpetas" para negociar la investidura de Illa: dar pasos hacia la resolución del conflicto político catalán; un nuevo modelo de financiación para Catalunya -una suerte de "concierto fiscal", inicialmente, que se ha ido modulando hasta "avanzar hacia la plena soberanía fiscal"-; políticas de refuerzo del estado del bienestar y un nuevo impulso al catalán desde la administración.

A esas cuatro carpetas se suma la "carpeta cero", esto es, el cumplimiento de los acuerdos ya alcanzados en el pasado, por ejemplo en el marco de la última investidura de Pedro Sánchez. Durante la última semana ambas partes han escenificado la formalización de varios de estos pactos, con una reunión incluida en el Palau de la Generalitat entre Sánchez y el presidente catalán, Pere Aragonès.

La de la "financiación singular" es la principal reclamación de ERC en estas negociaciones y sobre la que se está debatiendo durante los últimos días, de acuerdo con fuentes consultadas.

Todo ello, cuando ERC fijó finales de julio como fecha límite para alcanzar un preacuerdo -que luego deberían validar las bases-, pese a que el plazo legal máximo para evitar una repetición electoral finaliza el 26 de agosto.

De darse las anteriores dos condiciones -un preacuerdo, luego validado por la militancia de ERC-, Illa tendría otro obstáculo por sortear: el retorno a Catalunya de Carles Puigdemont, que ha prometido que estará en el Parlament durante el debate de investidura.

Sobre el expresident pesa una orden de detención nacional -tras no aplicársele la amnistía por el delito de malversación-, de modo que si vuelve a Catalunya puede acabar en prisión, añadiendo incertidumbre al momento político.