Tras haber lanzado mensajes contradictorios sobre el carácter gratuito de su apoyo al PNV y al PSE para arrebatar gobiernos a la izquierda abertzale allí donde ha sido la fuerza más votada en las elecciones municipales y forales, el PP ha reconocido este martes que su decisión de aislar a EH Bildu es definitiva y ya está tomada, y la llevará a cabo a cambio de nada. Las condiciones surgirían el día después de las investiduras, para respaldar la gestión, los Presupuestos o la reforma fiscal allí donde PNV y PSE no tengan mayoría absoluta. En ese sentido, si el PNV decide desbancarlo de Laguardia y Bastida, el PP ya avanza que no le facilitará el día a día en las instituciones, aunque con la calculadora en la mano ese respaldo tampoco es imprescindible sino que podría intentarse la gobernabilidad con Podemos en las Juntas de Araba y Gipuzkoa y en Gasteiz. Desde el primer día, tanto PNV como PSE se han negado a firmar un acuerdo global con el PP y se limitan a responder con un “ellos mismos” cuando se les pregunta por lo que puedan hacer los populares en las investiduras. 

El presidente del PP de Araba, Iñaki Oyarzábal, ha comparecido tras la reunión del comité ejecutivo del territorio para confirmar la decisión, tras unos días marcados por la contundencia de PNV y PSE a la hora de descartar la entrada del PP en los gobiernos y contrapartidas por el estilo. Oyarzábal aclaró que facilitará “sin contrapartidas” que la socialista Maider Etxebarria sea la próxima alcaldesa de Gasteiz y que el jeltzale Ramiro González repita como diputado general en Araba (en este caso, no hace falta su apoyo porque González fue el más votado y era del todo inverosímil un acuerdo entre toda la oposición para desbancarlo). 

Este apoyo lo ofrecerían aunque el PNV decidiera arrebatar al PP dos alcaldías donde fue el partido más votado, Laguardia y Bastida. Precisamente este martes, el candidato jeltzale a la reelección en Laguardia, Raúl García Ezquerro, ha confirmado sus aspiraciones y ha rechazado que su municipio se convierta en “moneda de cambio”, aunque desde la Ejecutiva alavesa del PNV aclararon que no es oficial y que el anuncio lo realizó antes de la reunión del ABB para fijar postura. La jornada de constitución de las alcaldías no será hasta el día 17 de junio. 

Oyarzábal dijo que el desalojo de Laguardia “pondría en riesgo la gobernabilidad” del día a día en otras instituciones. “Estoy convencido de que el PNV no va a poner en riesgo la gobernabilidad de Vitoria y Álava”, dijo, para referirse a este asunto como “línea roja”. Redujo las palabras de García a un “calentón” y pidió prudencia hasta que el PNV lo confirme. Si el PP no va a tumbar las investiduras en Araba, el territorio más caliente de los pactos porque el PP aspiraba a un cambio de cromos, tampoco es probable una revancha en Gipuzkoa y que se niegue a votar a la jeltzale Eider Mendoza. Con lo que sí amenaza el PP, al menos en Araba, es con una legislatura más compleja.

Los números en Laguardia y Bastida

La jornada comenzó con el anuncio de Raúl García en Radio Euskadi, donde aseguró que presentaría su candidatura. Poco después, EH Bildu confirmó su apoyo. El caso de Laguardia reúne una serie de singularidades que alientan esa competición con el PP: César García de Olano ganó los comicios por tan solo 13 votos de distancia con el PNV. Obtuvo 345 papeletas y 4 ediles, frente a los 332 del PNV y sus 3 concejales. EH Bildu pone ya a disposición de los jeltzales sus dos representantes. El caso de Bastida es ligeramente distinto porque el PP ha ampliado su distancia con el PNV, del que le separan unas 150 papeletas. Obtuvo 426 votos y 4 ediles, frente a 268 del PNV, con 3 asientos. EH Bildu también ofrece al PNV sus dos escaños. El PSE no tiene representación en ninguna de las dos plazas. El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, anunció en la entrevista publicada el domingo por este medio que la decisión sobre Laguardia y Bastida se tomaría respondiendo en exclusiva a dinámicas municipales y no como un cruce de apoyos con el PP.

Hace cuatro años, el PNV ya se apoyó en EH Bildu para arrebatar Laguardia y Bastida al PP. Los populares no se vengaron y decidieron respaldar al PNV para desbancar a EH Bildu de Kuartango. La situación actual guarda ciertos paralelismos con aquella porque el PNV no solo podría arrebatar alcaldías al PP, sino a EH Bildu, como sucede con Zigoitia, Kuartango y Oion (o con Durango en Bizkaia). Fuentes de la Ejecutiva alavesa no pueden confirmar aún si la decisión será presentar a sus candidatos en todas esas plazas en el territorio para hacerse con alcaldías con el respaldo del PP en unos casos, y de Bildu en otros, como ocurrió en 2019.

Oyarzábal: "La decisión está tomada"

Poco a poco se desvanece la teoría del pacto oculto con el PP, que ofreció el cordón sanitario a EH Bildu sin que nadie pidiera ese planteamiento ético. Oyarzábal admitió que la decisión de investir a los candidatos de PNV y PSE “está tomada”, y se limitó a avisar de que, si los jeltzales le arrebatan Laguardia y Bastida, supondrá un pacto con Bildu que contradice el cordón sanitario del PP y provocará que los gobiernos de PNV y PSE en otras plazas sean “débiles”. Dos municipios que suman 3.000 habitantes están centrando toda la atención. La amenaza de la gobernabilidad sí podría tener alguna incidencia en Durango, porque obligaría a PNV y PSE a pactar el día a día con los independientes.