La bola de nieve crece más y más, y Macron no hace nada por detenerla. El desconcierto y el malestar se han multiplicado tras la ambigua respuesta que ha ofrecido el presidente francés a la carta del lehendakari Urkullu, una respuesta enviada el 6 de marzo, en la que no asume ningún compromiso concreto con los plazos de la conexión de alta velocidad y solo ofrece una disposición genérica a estrechar lazos, sin llegar a decir que está dispuesto a cumplir el compromiso con la Unión Europea y respetar el plazo de 2030. Iñigo Urkullu ha puesto voz este viernes a la preocupación que comparten los territorios del oeste europeo por la cerrazón de Francia (el presidente de Cantabria llegó a utilizar el término “autarquía” en la cita del lunes en Ajuria Enea y denunció que Macron no quiere abrirse al sur). Urkullu ha alertado en el Parlamento Vasco de la quiebra “flagrante” de los compromisos adquiridos, y las “incongruencias del Gobierno francés”. 

Europa no puede permitirse que su conexión ferroviaria, una de las apuestas más importantes del continente, dependa de los caprichos de un Estado miembro. Una materia tan delicada no debe estar expuesta a tantos cambios, a tanta improvisación. Sencillamente, no es serio. Además, esta decisión del Gobierno francés contradice las recomendaciones y decisiones de la Comisión Europea. Las comunidades del corredor atlántico exigimos que se cumpla lo acordado por la Comisión Europea, que debe ser de aplicación en todos los estados miembro”, zanjó en respuesta a una pregunta del popular Carmelo Barrio sobre la hoja de ruta de los territorios del atlántico tras la cumbre de Euskadi, Galicia, Asturias y Cantabria. Cuando Barrio trató de buscar puntos débiles en la estrategia de Urkullu y le recordó que tiene una relación “privilegiada” con una región francesa en mitad de esta polémica, en alusión a Nueva Aquitania, presidida por Alain Rousset, el lehendakari desveló que este mismo lunes se va a reunir la eurorregión que lidera el propio Rousset y que congrega a la comunidad autónoma vasca, Nafarroa y Nueva Aquitania.

“En esa misma reunión también abordaremos estas cuestiones. Y le puedo asegurar que el presidente de Nueva Aquitania, presidente de turno de la eurorregión, es una persona absolutamente comprometida con estos objetivos y en demanda también del apoyo que desde Euskadi podamos ofrecer ante las instituciones europeas”, dijo Urkullu.

El orden del día de la reunión: balance de 2022, proyectos para 2023...

Fuentes de Lehendakaritza consultadas por este periódico explican que se trata de la asamblea anual de la eurorregión, ya prevista antes de que surgiera esta controversia. Está confirmada la asistencia de los tres mandatarios, Iñigo Urkullu, Alain Rousset y María Chivite. En el orden del día al que ha tenido acceso este periódico figuran la comunicación del informe de actividades de 2022, el Plan de Acción 2023 y el informe de orientaciones presupuestarias, la aprobación del marco de la convocatoria de proyectos para este año y el lanzamiento de la convocatoria del plan Ciudadanía Eurorregional, y la coordinación del plan Poctefa 2021-2027. La reunión tendrá lugar a las 16.00 horas en el Ayuntamiento de Donibane-Garazi, y a las 17.30 está prevista una rueda de prensa de los tres. 

Al tratarse de la reunión ordinaria anual y no haberse convocado ex profeso por los incumplimientos del Estado francés, en el orden del día no figura la cuestión del TAV, el informe del Elíseo que pospone hasta 2042 la conexión Burdeos-Dax y que no llega a fijar ninguna fecha para la conexión en frontera con Hendaia. Pero se da por hecho que el debate estará sobre la mesa y saldrá a relucir en la rueda de prensa. Ya antes de esta reunión, hace dos meses, Urkullu mantuvo un encuentro con Rousset. No es del todo descartable que se busque algún tipo de emplazamiento a la Comisión Europea, que hace unos días lamentaba el incumplimiento de Macron.

Las respuestas de Macron y Sánchez a Urkullu

Barrio es parlamentario del PP, un partido en el que milita el presidente de la Xunta de Galicia, presente en la cumbre de Ajuria Enea. De ahí que valorase la iniciativa de Urkullu, pero trató de llevarla al terreno de la presión a Pedro Sánchez, al presidente español, a quien el PP quiere desalojar de La Moncloa. “De los cuatro presidentes que estuvieron en Ajuria Enea, tres son socios del Gobierno de España. Su capacidad de presión debería ser importante”, dijo. Urkullu, sin embargo, dirigió con claridad el foco hacia Macron, el artífice del incumplimiento. El PNV no ha esquivado la presión a Sánchez y, de hecho, Aitor Esteban le dirigió una pregunta muy crítica en el Congreso, donde le recordó que su propio gobierno había vendido a bombo y platillo el compromiso con el año 2030 tras la cumbre con Macron en Barcelona, celebrada en enero. 

Pero Sánchez, quien además ha quedado en evidencia con Macron y le perjudica igualmente su incumplimiento, se comprometió a defender esa fecha. El portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, ha desvelado en Euskadi Irratia que, tras la carta que envió Urkullu a Sánchez y Macron en enero, el presidente español “mostró su compromiso”, mientras que Macron “ no asume ningún compromiso concreto, dice que es un tema que está sobre la mesa y lo tiene que estudiar”. Cuando se le preguntó si eso quiere decir que Macron estudiará llegar a tiempo para 2030, Zupiria fue tajante: “El no lo dice, yo no lo voy a decir”.

Urkullu, presidente de la comisión Arco Atlántico y del grupo de los Pirineos, apostó por impulsar el eje atlántico y que no quede relegado por una estrategia que solo contemple el mediterráneo, recordó sus cartas a Sánchez y Macron, y reiteró su apuesta por crear una macrorregión atlántica. En ese sentido, recordó los deberes que le ha puesto a Sánchez, quien presidirá el Consejo de la Unión Europea a partir del 1 de julio.