- Más de 40 años después de su aprobación en referéndum, la historia del Estatuto de Gernika es la de la sucesión de incumplimientos acumulados por los diferentes gobiernos que han pasado por La Moncloa. Y a pesar de que los acuerdos sellados esta legislatura parecían augurar un cambio de ciclo tendente por fin al desarrollo íntegro del texto, el rumbo adoptado por el Gabinete Sánchez, o más bien la falta del mismo, están probando los límites de la paciencia del Gobierno vasco.

La consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno, Olatz Garamendi, fue quien ayer verbalizó este hartazgo al acusar directamente a Pedro Sánchez de no estar cumpliendo “ni con la palabra dada ni con una ley orgánica” como subrayó que es el Estatuto. “La voluntad no se traslada solo con palabras, sino con hechos”. Y “ninguna excusa es válida” para no acometer la transferencia de las competencias pendientes, afirmó rotunda.

Ante los micrófonos de Radio Euskadi, Garamendi denunció que después de materializarse el acuerdo para el traspaso del Ingreso Mínimo Vital no ha habido ningún “avance” en el resto de transferencias pendientes. Y esto a pesar de que el Gobierno vasco está facilitando la tarea al español poniendo sobre su mesa “propuestas detalladas concretas”. “Debe exigirse el cumplimiento y debe verse la voluntad del Gobierno de España para cumplirlo”, reiteró la consejera.

Las excusas que desde Madrid se han puesto a lo largo de estos años para no convertir en ley el espíritu y la letra del marco de autogobierno que los vascos se dieron aquel lejano 1979 han sido muchas y variadas. Pero Olatz Garamendi quiso dejar claro ayer que el tiempo ha demostrado que la capacidad de las administraciones vascas para asumir estas competencias no puede ser una de ellas.

Euskadi está “preparada” para negociar todas las materias recogidas en el calendario de traspasos, subrayó la consejera. También la competencia de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, una de las cuestiones que más habitualmente se han convertido en polémicas y a la que invitó a dejar de “tener miedo”.

Garamendi lamentó que “algunos sectores” sigan teniendo “prejuicios” sobre esta transferencia, ya que creen que “puede haber ruptura de la caja única”. “Para nada estamos hablando de eso”, aseguró, antes de explicar que se trata de la gestión económica de “prestaciones del día a día” no contributivas como “la lactancia” o las “enfermedades graves en niños”.

Dado que el PNV es uno de los puntales que sostienen al Gobierno formado por PSOE y Unidas Podemos, la consejera tuvo que responder a si teme que no se agote la legislatura en el Estado. “No se trata de si va o no a acabar, sino de si en este momento en que la legislatura está viva se cumplen o no los acuerdos”. “Hay tiempo para hacerlo, pero hay que ponerlo encima de la mesa. Mi preocupación es que entre en la agenda del Gobierno como una cuestión prioritaria que se puedan transferir las materias que están pactadas y están en un Estatuto de más de 40 años”, remachó. l