- Los dirigentes del independentismo catalán estaban encendidos tras salir a la luz que fueron espiados a través de sus dispositivos móviles durante el momento álgido del procés, y el sorpresivo anuncio del Gobierno español de que el presidente Pedro Sánchez y la ministra de Defensa, Margarita Robles, fueron igualmente espiados el año pasado no calmó ayer las aguas. Todo lo contrario, mientras el rol de ERC como socio preferente de Sánchez se tambalea y se redoblan las exigencias para que se investigue el caso y se asuman responsabilidades, desde Catalunya se calificó la comparecencia en Moncloa directamente de “cortina de humo”.
Fue el presidente de ERC, Oriol Junqueras, el que puso en duda la “credibilidad” y “verosimilitud” de la denuncia del Ejecutivo de Sánchez. En una rueda de prensa, sugirió que “puede ser una cortina de humo para intentar diluir sus responsabilidades” en el ciberespionaje al independentismo. Desde Twitter se pronunció el president de la Generalitat, Pere Aragonès, que denunció una “doble vara de medir” a la hora de tomar medidas ante el espionaje. “Contra el independentismo, todo vale”, criticó.
“Todo espionaje político es de extrema gravedad. Hace días que lo denunciamos sin obtener explicaciones del Gobierno español. Cuando el espionaje masivo es contra las instituciones catalanas y el independentismo, silencio y excusas. Hoy, todo son prisas. Hay que asumir responsabilidades ya”, aseveró el president.
La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, consideró que “el único responsable” del espionaje político es el Gobierno español, ya sea por “acción u omisión”. En una comparecencia, advirtió de que ahora es “más urgente” aún que se produzca la reunión entre Sánchez y Aragonès. El expresident Carles Puigdemont se solidarizó con el presidente español y la ministra de Defensa -una de las más señaladas por este escándalo-, a los que calificó de “víctimas” del espionaje, aunque les reprochó “no haber hecho nada” cuando el independentismo denunció este caso.
Siguiendo con las filas del independentismo catalán, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, aseguró que “Sánchez y Robles dicen ser espiados. Ahora sí que es un tema muy grave. Cuando solo afectaba al independentismo, la ministra lo justificaba”. “¿Es la evidencia de que no hay que limpiar las cloacas por si las puedes usar? ¿O una maniobra para pasar de verdugos a víctimas? ¿Bye, CatalanGate? No cuela”, apostilló.
Para el vicepresident y portavoz de JxCat, Josep Rius, el hecho de que Pedro Sánchez haya sido espiado con Pegasus no le exime de “dar explicaciones o asumir responsabilidades”. “O hay incompetencia o hay complicidad”, sentenció. También el diputado de la CUP en el Parlament Xavier Pellicer exigió al Ejecutivo español que no haga pasar “verdugos por víctimas” con lo que calificó de “teatralización”. “Ya basta de cortinas de humo”, añadió.
El presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, tachó de “incomprensible e intolerable” que Moncloa solo haya reaccionado en este momento. Recomendó además al líder del PSOE que ponga su caso en manos de Citizen Lab, el organismo vinculado a la Universidad de Toronto que destapó las denuncias de espionaje a más de 60 independentistas.
El Govern revisará los móviles. La Generalitat revisará periódicamente los dispositivos móviles de medio millar de cargos para detectar posibles amenazas y programas maliciosos como Pegasus. La Agencia de Ciberseguridad de Catalunya también se ha puesto a disposición del Parlament por si los diputados desean que se revisen de forma periódica sus dispositivos móviles para mantenerlos a salvo de intrusiones.
Investigar a Policía y Guardia Civil. Las querellas de miembros de la CUP y Òmnium Cultural que han sido víctimas de espionaje apuntan al CNI como responsable, pero piden al juez que investigue también si alguna unidad de la Guardia Civil y la Policía Nacional ha utilizado el programa Pegasus, ya sea directamente o a través de terceros. “El Estado español es el primer interesado en combatir ese movimiento político”, argumentan los denunciantes en su escrito.