- Moncloa no cree que las relaciones con Esquerra estén rotas pese a la tensión y cruce de reproches de los últimos días a cuenta del espionaje al independentismo y que llevó a las fuerzas rupturistas catalanas a no respaldar el decreto anticrisis. Es más, Pedro Sánchez no tiene intención de hacer caer a la ministra Margarita Robles, la cabeza que reclama el soberanismo para empezar a volver a tender puentes. El Gobierno español no percibe que se haya producido ningún punto de inflexión en la relación con uno de sus grandes aliados y confía en rebajar el diapasón en la comisión de secretos. Interpelado sobre su apoyo a la responsable de Defensa, el líder del PSOE fue tajante: “Eso, por supuesto”. En el sector socialista de su gabinete entienden que su compañera de filas “no ha hecho nada malo” pese a justificar implícitamente el seguimiento a los independentistas por el impulso del procés. “No se puede ofrecer la cabeza de un ministro por hacer su trabajo”, zanjan. La propia Robles, ayer en Letonia para visitar a las tropas españolas, evitó responder a las peticiones de dimisión y desvió la cuestión hacia el motivo de su viaje.

Esquerra advertía a esas horas a Sánchez de que su negativa a avalar el paquete de medidas económicas “es un primer aviso al Gobierno, que debe asumir responsabilidades y garantizar toda la transparencia” en el caso Pegasus, refiriéndose de seguido a la ministra. “Debe dimitir. Nada de esto ha ocurrido hasta ahora”. Según el republicano Gabriel Rufián, “no pueden hacer recaer en los espiados, en las víctimas, el peso de esta decisión” ya que el Ejecutivo “tiene muchas herramientas para reconducir la situación”. ERC continuará con la mano tendida para impulsar medidas de apoyo a la gente, pero “nunca a costa de renunciar a la defensa de los derechos fundamentales, que es tanto como renunciar a la defensa de la ciudadanía”. Rufián afeó que el PSOE “llama mucho más al PP que a grupos parlamentarios que llevamos aquí intentando mejorar la agenda legislativa semana a semana en los últimos tres años. Creo que tiene unas ganas de pactar con el PP que se le notan bastante”.

Interpelado sobre el voto de Bildu a favor del decreto, dijo respetarlo “enormemente “ y que “el acuerdo de coordinación” de su grupo con el de la coalición abertzale no es óbice para que tengan autonomía en cada votación. “Nosotros, simplemente, entre las medidas que se pueden aprobar en cada consejo de ministros y la defensa de principios democráticos, como que no se espíe a la disidencia política en un Estado de derecho, hemos elegido lo segundo”, zanjó Rufián.

Por su parte, la portavoz de JxCat, Míriam Nogueras, señaló que “el independentismo no puede regalar estabilidad a un Gobierno que nos espía” y demandó que se acabe “ya el diálogo ficticio con esa gente que ni nos quiere ni nos respeta”. En la misma línea, el diputado de la CUP Albert Botran aseveró que Sánchez “no merece el voto de los independentistas ni de ningún grupo que quiera despejar el origen de este ataque a los derechos democráticos”. El apoyo al Ejecutivo, “por responsabilidad”, vino de la mano del PDeCAT. Su portavoz, Ferran Bel, recordó que ya optaron por un paso semejante con la reforma laboral.

Posición que agradeció la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz. “La política debe servir para defender a la gente y el caso Pegasus no tiene nada que ver con las cosas del comer”, sentenció.

“Hemos optado por defender los principios democráticos, que no se espíe a la disidencia”

Portavoz de ERC en el Congreso