- Sin margen para la sorpresa, el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, obtuvo ayer una abrumadora mayoría, casi unánime y del 98,35%, para convertirse en el nuevo líder del Partido Popular. En la votación celebrada en Sevilla, en el XX Congreso Extraordinario del PP tras la súbita marcha de Pablo Casado, no concurrían otros candidatos, de ahí que todo el interés informativo se centrara en conocer el nuevo equipo del líder popular y en desentrañar las pistas que pudiera ofrecer su discurso sobre sus líneas de actuación. Se trataba de despejar si habría apelaciones al acuerdo con el presidente español, Pedro Sánchez; cómo será su relación con Vox (no ha impedido el pacto en Castilla y León), y qué nivel de autonomía dejaría a las franquicias del PP en los territorios del Estado.

Feijóo defendió una oposición sosegada y abogó de manera genérica por no obstaculizar lo urgente. Planteó ensanchar el partido con un mensaje de moderación (“guarden los carnés de patriotas”, dijo), y declaró su respeto a las lenguas y los territorios. Hubo que interpretarlo como un desmarque de Vox, pero en realidad no los citó y no explicó siquiera el pacto en Castilla y León. En cuanto a la organización interna del PP, planteó una autonomía con límites: “cree en los partidos autonómicos”, pero el PP “no es un partido confederal”. “El PP es un partido nacional, único”, resumió. Se espera de Feijóo que conceda una mayor autonomía al PP de los territorios que la que concedió Casado, quien protagonizó su polémica más sonada con una clara injerencia en los populares vascos al fulminar a su entonces presidente Alfonso Alonso por negarse a aceptar la cesión de puestos a Ciudadanos en las listas electorales. Casado también cortó las alas al discurso de la foralidad, que llegó a ser calificado como un “error” por Cayetana Álvarez de Toledo. El PP tiene que celebrar aún congresos en autonomías como la vasca, la Comunidad foral navarra, Extremadura, la Comunidad de Madrid, Murcia o La Rioja.

El hecho de que voces como la de Alonso se hayan reenganchado a la vida interna del partido y vayan a aportar ahora al proyecto de Feijóo se interpreta como una señal de que va a permitir más matices, si bien Feijóo trazó ayer como límite la “unidad” y el rechazo a la organización “confederal”. Parece una obviedad en el PP, pero se puede interpretar como un límite para todos, incluida la madrileña Isabel Díaz Ayuso.

La incógnita del equipo de Feijóo solo se despejó en parte, y trascenderá oficialmente hoy en su integridad. En él estarán Cuca Gamarra como secretaria general, Elías Bendodo como coordinador, Diego Calvo en el Comité Electoral, y José Antonio Monago como presidente del Comité de Garantías. Sí se avanza que Madrid será muy importante, en lo que parece un guiño a Ayuso. En paralelo, aún tiene que decidir si ocupa un escaño en el Senado como puerta de entrada para confrontar con Pedro Sánchez. El propio presidente español llamó ayer a Feijóo para proponerle mantener una reunión la próxima semana. También queda por despejar qué sentido de voto asumirá ante el decreto anticrisis de Moncloa para paliar las consecuencias de la guerra de Rusia contra Ucrania, o si va a desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial (sería la plasmación práctica de los pactos de Estado).

Feijóo definió al PP como “un partido de gobierno”, y reivindicó la “moderación” y la apuesta por “tender puentes” con los diferentes. “Somos un partido que redactó la Constitución. Hemos nacido para defenderla. Somos el partido más constitucionalista de España, no somos independentistas, ni nacionalistas, ni condescendientes con el independentismo. Somos el partido que defiende la España de las autonomías, de la unidad en la diversidad”, dijo. Añadió que cree “en los partidos autonómicos” pero que el PP “no es un partido confederal”. “El PP es un partido nacional, único, autonomista y que defiende la nación española. Por supuesto que sí”, zanjó. Rechazó las etiquetas: “No somos un partido urbanita, ni rural. Somos el partido de toda España”.

Feijóo defendió al PP como un partido de mayorías “contundentes”, y abogó por “sumar”, con una vocación “integradora y amplia”. Se opuso a que la vocación del PP sea “liderar un bloque de unos partidos contra otros”, pidió “sosiego” en la oposición, y se ofreció para pactar lo urgente, aunque no dejará de señalar “lo que está mal”. Defendió las lenguas del Estado y los diferentes tipos de familias, y revalidó al mismo tiempo los mantras habituales del PP, como la unidad indivisible de España.

“Somos el partido que defiende la España de las autonomías, y que defiende la unidad en la diversidad”

“El PP es un partido nacional, único, autonomista y defiende la nación española”

Presidente del PP