- El Gobierno Vasco considera que la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha avalado el trabajo “bueno y riguroso” que se ha realizado en relación a las progresiones de grado de presos, al recurrir solo una de las ocho concedidas por el Ejecutivo de Gasteiz a reclusos de ETA, la del histórico dirigente de la banda José María Arregi Erostarbe, Fiti. Unas concesiones que fueron contestadas, en primera instancia, por asociaciones de víctimas y partidos como el PP, pero que el pasado martes contaron con el visto bueno de la Fiscalía en su práctica totalidad.
Así lo afirmó ayer la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, que añadió que el hecho de que siete de los casos no hayan sido recurridos “demuestra que el Gobierno Vasco ha realizado un trabajo exhaustivo, individualizado de las situaciones personales de cada una de las personas privadas de libertad en base a los datos técnicos y científicos que desde las juntas de tratamiento se han propuesto”.
“Eso a nosotros nos fortalece en el trabajo que hacemos en los centros penitenciarios vascos”, que calificó como “un trabajo adecuado”, insistió. Precisó que, en el caso de Fiti, desconocen las alegaciones presentadas para recurrir la progresión de grado pero recordó que se trata de una persona con edad avanzada, 75 años, y que lleva “muchos años en prisión, a punto de cumplir la condena”.
El resto de presos cuyos terceros grados no han sido recurridos por el Ministerio Público son Francisco José Ramada Estévez, José Ángel Lerín Sánchez, Unai Fano Aldasoro, Mikel Arrieta Llopis, Iñaki Crispín Garcés Beitia, Egoitz Coto Etxeandia y Ugaitz Pérez Sorriketa. La consejera recordó que ahora tiene que ser el juez de la Audiencia Nacional el que determine sobre su situación.
En la misma comparecencia, el magistrado y asesor del Gobierno Vasco Jaime Tapia indicó que él tiene “cierta esperanza” de que finalmente se vaya a confirmar la progresión de grado de Fiti y recordó que el propio Código Penal prevé que “se pueda conceder la libertad condicional a personas septuagenarias, no terceros grados, sino incluso la libertad condicional”.
Ya en el turno de preguntas, y cuestionado sobre si existen nuevas cartas de arrepentimiento por parte de presos de ETA que puedan impulsar más progresiones de grado, Tapia precisó que hay “nuevos casos”. Tras recordar que la Audiencia Nacional exige unas cartas personalizadas, alejadas de las misivas estereotipadas, dijo que esos casos serán analizados.
30 años de cárcel. José María Arregi Erostarbe, Fiti, formó parte de la dirección de ETA detenida en Bidart en 1992, un hito que marcó la decadencia de la banda. Fue trasladado de la cárcel de Alicante a Asturias, para después recalar en Donostia. Ingresó en prisión el 20 de noviembre del año 2000 y fue condenado a 30 años de cárcel por delitos de terrorismo y varios asesinatos.
Rechazo de la violencia. Cumplió las tres cuartas partes de la pena en junio del 2019, y había aceptado la legalidad penitenciaria, reconocido el dolor causado y manifestado por escrito su rechazo al uso de la violencia, con el compromiso de hacer frente al pago de su responsabilidad civil. En 2018, tras la disolución de la banda, escribió una carta pidiendo perdón.