- No hubo movimientos de última hora y, ante la actitud de cerrazón del Gobierno español y el inexistente margen de negociación, los socios habituales del Ejecutivo de Pedro Sánchez se vieron abocados a situarse en el rechazo a una reforma laboral que, según denuncian, les ha venido impuesta con la excusa del pacto entre los agentes sociales. Así, la nueva legislación se refrendó ayer por la tarde en el Congreso de los Diputados con una insólita sopa de siglas tan diversas como Ciudadanos, PDeCAT, Más País o Coalición Canaria, y con tan solo un respaldo más que el bloque del no (175 contra 174); mayoría que no hubiera sido posible de no ser por el error en el voto de un representante del PP.
Y es que si el diputado popular Alberto Casero no se hubiera equivocado al emitir su voto telemático el decreto habría sido tumbado por la Cámara, ya que los dos diputados de UPN, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, desobedecieron a su Ejecutiva y rompieron la disciplina posicionándose en contra de la reforma. De esta manera, la norma salió adelante de milagro y con un margen mínimo en una sesión que rozó lo esperpéntico.
Entre las formaciones del rechazo al decreto se situó finalmente el PNV que, pese a agotar casi hasta el último minuto las conversaciones con Moncloa, constató que era imposible llegar a un acuerdo debido al blindaje del decreto que imposibilitaba según el Gobierno incluir la prevalencia de los convenios vascos sobre los estatales, principal requisito del Grupo Vasco en la cuestión laboral.
Los jeltzales se mostraron por tanto dolidos con el desenlace de este decreto, tanto por la actitud de “chantaje intolerable” de la patronal como por el enroque de un Ejecutivo que ha sido incapaz de tejer acuerdo alguno con sus principales socios.
En la sesión de ayer, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, lamentó la incapacidad para llegar a un acuerdo, pero recordó que leyes tan trascendentales como la que se votaba no pueden imponerse: “Nos gustan los consensos y valoramos lo que se ha hecho en diálogo social, pero los consensos no se imponen y menos en el Parlamento”.
Los nacionalistas sí constatan que hay algunos aspectos positivos en la nueva reforma y no cierran la puerta a pactos de empleo en el futuro, pero critican que, en este caso, Moncloa no ha escuchado su petición “irrenunciable” de que los convenios vascos tengan prevalencia sobre los estatales.
Respecto a la posición de los empresarios, el diputado jeltzale calificó de “chantaje” al sistema democrático el plante de la patronal, que ha amenazado en todo momento con salirse del acuerdo si se tocaba “una coma” de la reforma pactada.
En esa postura inamovible enmarcó Esteban el rechazo frontal a que se blinden los convenios vascos, a la par que rechazó los argumentos de que la prevalencia de estos acuerdos autonómicos está ya garantizada: “La patronal dice que no hace falta incluirlo. Pues si no es un cambio, si en la práctica supone lo mismo, ¿por qué se oponen a ello? La única explicación es que esta tozudez responde a razones simbólicas y político-ideológicas”, resumió el portavoz del Grupo Vasco.
Pese al no de PNV, EH Bildu y Esquerra, el Ejecutivo español salvó la papeleta amarrando el respaldo de una sopa de siglas que sumó finalmente 175 votos frente a los 174 del bloque del no, y todo gracias al error del parlamentario del PP. De esta manera, Moncloa ató una mayoría que estaba cogida con pinzas, lo que se evidenció con la rebeldía de los diputados de UPN que puso en serio peligro la votación. La dirección de Javier Esparza ya ha exigido a Sayas y García Adanero que renuncien a sus actas.
Por su parte, en EH Bildu fueron muy críticos con la ruptura de la mayoría de investidura pero aseguraron que trabajarán para “rehacer” lo antes posible el “bloque de izquierdas” en el Estado. Según lamentó su diputado Oskar Matute, todas sus propuestas han sido rechazadas por el Ejecutivo, lo que al final ha impedido que se lograra una reforma más ambiciosa y que “fuera más allá” en los derechos de los trabajadores.
Una línea similar adoptaron en Esquerra, cuyo portavoz Gabriel Rufián no dudó en acusar al PSOE y a Unidas Podemos de “intentar estafar” a los trabajadores con el decreto. Asimismo, Rufián constató que no ha habido un proceso de negociación “sino de presión”, y dejó claro que ERC “no negocia bajo amenazas”.
Las críticas de nacionalistas vascos y catalanes las trató de contrarrestar la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, principal tejedora de esta reforma laboral; que insistió en que “si una norma contiene avances hay que votar a favor”, dejando a un lado “debates superficiales” y “rivalidades”.
- A pesar del rechazo del PNV al decreto de la reforma laboral, todo apunta a que la interlocución de los jeltzales con Moncloa no ha salido perjudicada. Tanto en el PSOE como en Unidas Podemos insisten en que los de Andoni Ortuzar seguirán siendo socios preferentes del Gobierno y ayer la propia vicepresidenta Yolanda Díaz tuvo palabras de agradecimiento hacia los nacionalistas en su intervención en el Congreso. “El PNV ha discutido de contenidos, ha sido serio en el debate y le doy las gracias”, dijo la líder de UP.
Y es que en el PNV apuraron la negociación y hasta ayer por la mañana no dieron por rotas las conversaciones con sus interlocutores de Moncloa. El no definitivo de los jeltzales al decreto se produjo tras una llamada a las 8.00 horas de ayer entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente del EBB, Andoni Ortuzar. Según ha podido saber este periódico, se trató de una charla cordial en la que ambos trasladaron sus necesidades y sus limitaciones.
Así las cosas, las dos partes constataron la imposibilidad de llegar a un acuerdo en esta cuestión, emplazándose a seguir manteniendo la interlocución para cuestiones futuras. Hasta ese momento, los jeltzales no habían dado por imposible algún movimiento de última hora por parte del Gobierno español que blindara los convenios vascos y les permitiera respaldar el decreto.
Por su parte, el lehendakari Iñigo Urkullu declaró que la nueva reforma laboral no respeta el sistema vasco de relaciones laborales, aunque no cerró la puerta y mostró su esperanza de que esta “carencia” se pueda subsanar en un “próximo futuro”. En declaraciones a EITB, Urkullu dijo ver algunos aspectos positivos en el decreto, pero reiteró que es indispensable blindar los convenios autonómicos.
“Es una reforma que puede estar en la buena dirección, pero que tiene una carencia que es la del respeto al marco vasco”, explicó, antes de mostrar su esperanza en que “lo que hoy no puede ser” pueda serlo “en el próximo futuro”.
“Si una norma contiene avances hay que votar a favor dejando a un lado debates superficiales y rivalidades”
Vicepresidenta segunda del Gobierno
“Nos gustan los consensos y valoramos el diálogo social, pero los consensos no se imponen y menos en el Congreso”
Portavoz del PNV en el Congreso
“Trabajaremos para que se pueda rehacer lo antes posible el bloque de izquierdas en el Estado”
Diputado de EH Bildu
“La reforma supone cumplir con trabajadores y empresarios y reconstruir consensos perdidos”
Diputada del PSOE
“No ha habido una negociación sino solo presión; no negociamos con amenazas”
Portavoz de ERC en el Congreso
“Nuestros votos han evitado que Bildu y ERC hayan podido meter las garras en la reforma”
Presidenta de Ciudadanos
“Yolanda Díaz llegó como la líder de los piquetes y ahora está al frente de la troika”
Portavoz del PP en el Congreso
“Esta reforma laboral está hecha por y para las grandes empresas, es un parche”
Portavoz de Junts en el Congreso