- Se acerca la votación de la reforma laboral este jueves en el Congreso de los Diputados y, aunque las mayorías no están claras, al Gobierno español no dejan de salirle pretendientes por el espectro de la derecha, lo que supone torcer totalmente los planes de Unidas Podemos y la vicepresidenta Yolanda Díaz con esta propuesta. Tras haber especulado con su abstención para facilitar la convalidación del decreto, UPN ha dado un paso más y, asumiendo las tesis de Ciudadanos, se abre a apoyar esta reforma si no se toca una sola coma de lo pacto con la patronal estatal CEOE y los sindicatos CCOO y UGT.
Desde otros ámbitos, Coalición Canaria, por su parte, condiciona también su apoyo a la reforma laboral a que no haya cambios. Sánchez tiene en contra, eso sí, los votos del PP (88 diputados), Vox (52), Foro Asturias (1), Junts (4), ERC (13), PNV (6), EH Bildu (5), la CUP (2), BNG (1), y el diputado tránsfuga de Ciudadanos, 173 votos. Sánchez confía en contrarrestar estos votos en contra con Ciudadanos, PDeCAT, Más País-Equo, UPN, Compromís, el Partido Regionalista Cántabro, Nueva Canarias, Coalición Canaria y Teruel Existe. El problema radica en que Compromís y Más País, según Yolanda Díaz, podrían no votar a favor si el socio es Ciudadanos.
La diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, dijo en RNE que, aunque considera “insuficiente” la reforma, respeta el aval de los empresarios y sindicatos. “Le hemos dicho al Gobierno que, si eso no se mueve una coma, tendrá nuestro apoyo”, dijo. Desde UPN, Sergio Sayas dijo que “todas las puertas están abiertas, desde el no hasta el sí, pasando por la abstención”, si bien dejó ver que dependerá de “las concesiones al nacionalismo”, y de si son explícitas o no.