- De las entrañas del cementerio de Begoña, en desuso desde 2003, salió ayer una pequeña medalla que pudo pertenecer a un combatiente que falleció en la batalla de Artxanda el 14 de junio de 1937, en la antesala de la caída de Bilbao, y la misma fue entregada in situ a su hija, ya octogenaria, de manos del antropólogo forense Paco Etxeberria, nada más ser extraída de la tierra. Ninguna imagen pudo ejemplificar mejor el significado de los trabajos que se han iniciado en ese enclave para recuperar los restos de 60 personas, víctimas de la Guerra Civil, que yacen allí.
Las mismas abarcan un amplio espectro que incluye gudaris, milicianos y víctimas civiles, fallecidas en bombardeos como el que sufrió la fábrica-refugio de Cotorruelo el 17 de abril de 1937. Así se desprende de la investigación sobre víctimas mortales de la guerra en el periodo 1936-1945 que ha impulsado el instituto Gogora, a partir de la documentación extraída de los registros civiles y libros parroquiales.
En el citado caso del combatiente muerto en Artxanda, su hija ha conocido su destino esta semana por boca de responsables de Gogora gracias a la documentación histórica del registro civil de Sopuerta. Pero entre las 60 víctimas inhumadas en Begoña hay más familias que desconocen el lugar y la fecha de sus fallecimientos. Por ello, la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, hizo un llamamiento ayer para que las familias que no sepan el paradero de sus allegados fallecidos en la guerra contacten con Gogora.
La consejera acudió al cementerio, que estuvo en activo entre 1813 y 2003, para asistir al inicio de los trabajos que está llevando a cabo un equipo arqueológico de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, al amparo de Gogora y el Ayuntamiento de Bilbao, para recuperar los restos de las víctimas mortales que allí se encuentran. Esta iniciativa se enmarca en la intención del Consistorio bilbaino de convertir este espacio en un parque público, dentro del proyecto denominado Begoñako Argia. Aunque se exhumarán todos los restos, se ha comenzado en las dos zonas donde hay enterramientos de la Guerra Civil.
El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, explicó que este proyecto, desarrollado por Aranzadi y financiado por el Ayuntamiento, abarca desde la investigación y divulgación hasta la formación científica en materia de memoria histórica. A su juicio, este enclave de Begoña representa “el mejor escenario posible para albergar un proyecto de ciencia y conocimiento”.
El primer edil destacó “el minucioso y siempre respetuoso trabajo” de Aranzadi, y agradeció a Gogora su “labor imprescindible para la reparación y memoria de quienes lucharon por la democracia, porque la luz de su recuerdo siempre permanecerá encendida”.
La directora del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Aintzane Ezenarro, estuvo también en el acto, así como el viceconsejero de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación, José Antonio Rodríguez Ranz; el concejal de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos de Bilbao, Asier Abaunza; y Paco Etxeberria y Lourdes Herrasti, en representación de Aranzadi.
En dicho marco, la consejera Beatriz Artolazabal reafirmó el compromiso del Gobierno vasco para recuperar el mayor número posible de personas desaparecidas durante la Guerra Civil. “Seguiremos intentando esclarecer la verdad para que todas las familias puedan cerrar su duelo definitivamente”, dijo. Los representantes públicos, que ayer desafiaron al barro, el frío y la lluvia para asistir al inicio de los trabajos, subrayaron por último la importancia de la “colaboración institucional” que ha hecho posible este proyecto.